jueves, 27 de noviembre de 2014

Necrópolis de la Polera

En el Monte de Ubierna, a pocos kilómetros de Burgos, se halla una extensa necrópolis muy poco visitada, que puede datarse en la Edad del Hierro y destaca por la riqueza de sus restos, muy extensos. Este monte forma parte de la llamada Banda de Ubierna, gran alineación de origen cretácico, que separa la cuenca del Duero al sur de las parameras y loras del norte de origen mesozoico.

Aunque es posible acceder desde muchos lugares, proponemos la más sencilla desde el pueblo de Gredilla la Polera, emplazado en su lado norte. El apellido del pueblo ha dado nombre a la necrópolis.
Llegaremos desde Burgos partiendo por la carretera de Aguilar, para una vez pasado Ubierna tomar el desvío a la derecha hacia Santander. Antes de pasar un túnel, nos desviamos por un ramal señalizado a la derecha que nos lleva directamente al pueblo de Gredilla la Polera.

Gredilla la Polera


Desde el centro del pueblo, donde dejamos el coche, partimos caminando hacia el Barrio Alto, donde se emplaza la iglesia que vemos desde cualquier punto del pueblo. Justo detrás de ella, nace el camino que nos llevará hacia la necrópolis.

Tomamos un sendero que nace detrás de la iglesia de Gredilla, dedicada a San Mamés.
Esta camino, desciende al principio  por una suave vaguada hacia un llano ya a la vista del Callejón de la Polera: un pequeño cortado en la roca transversal al anticlinal que va desde el pueblo de Peñahorada hasta las inmediaciones de Ubierna.


Continuamos hacia el Callejón de la Polera.

Atravesamos el paso y continuamos por una vaguada que asciende suavemente por un bonito sendero hacia el páramo. Antes de acceder al páramo, el camino se empina un poco y se estrecha obligado por las paredes que lo flanquean. 
El páramo es una gran meseta que ocupa una gran extensión entre los pueblos de Peñahorada al este, el referido de Gredilla la Polera al norte, Ubierna al oeste y Villaverde-Peñahorada el sur. Esta surcado por multitud de caminos y alterna espacios arbolados  con monte bajo y terreno semiestepario.

Ascendemos por un estrecho sendero al páramo.
Nada más acceder, enlazaremos con un amplio camino siguiendo por la derecha. Nos dirigimos por él en dirección a la carretera que une Ubierna con Gredilla, aunque no la veamos desde donde estamos aún.
Caminamos por terrenos altos y desolados, escasos de vegetación. Estamos en invierno y el frío es intenso ya que el viento sopla a sus anchas. Por esta pista, en seguida comenzamos a ver restos de alineaciones de piedra, cada vez más frecuentes. Es fácil distinguir y observar que aquí tuvo que haber un gran asentamiento y bastante antiguo. Lo que vemos son restos de construcciones, alineaciones circulares que sugieren antiguos restos de cabañas o sepulcros. De cualquier modo el área cubierta por estos restos sorprende por su gran extensión. Al igual que otros restos encontrados en el Páramo de Masa y las loras, se trata de asentamientos prerromanos procedentes de la Edad del Hierro (primer milenio antes de Cristo). En esa época se buscaban asentamientos en lugares altos y aislados y en verdad que este lugar cumple ambos requisitos. Siguiendo hacia el norte, en la comarca de Sedano, existen aún muchos megalitos, pero su origen es muy anterior, remontándose a entre 2500 y 4500 años antes de nuestra era.


Continuamos caminando hacia el borde del páramo y seguimos viendo grandes círculos de cantos, algunos arrasados, sin tener muy claro su origen. No parece haber excavaciones, simplemente acumulaciones de piedras, parecidos a los parapetos de los pastores que aún se utilizan como refugio contra el viento y a modo de observatorio de caza.

                                                           

Toda la ladera o meseta inclinada parece un enorme campo funerario y se intuye que aquí tuvo que haber mucha actividad en edad muy antigua y durante mucho tiempo.

Una acumulación de cantos que parece haber sido desenterrada recientemente.
Tras vagabundear por la zona, descubrimos a lo lejos una llamativa piedra hincada en el centro de un círculo de piedras. Sugiere que pueda tratarse de un sepulcro y nos recuerda a un menhir de la época de los megalitos aunque ya hemos referido que hay más de 2000 años de diferencia entre ambas épocas. El monumento se presenta algo aislado del resto de acumulaciones de piedras y al ocupar un lugar relativamente elevado, es visible desde un gran área a su alrededor. Seguramente los que lo construyeron lo hicieron teniendo conciencia de este hecho.

Piedra hincada dentro de un círculo de piedras.
Llegamos caminando hasta el extremo este del páramo y nos asomamos sobre el borde oriental, divisando el pequeño desfiladero de San Martín de Ubierna. Continuamos cercanos a él y observamos el pueblo de Ubierna a nuestros pies.
Nos alejamos del borde y retornamos poco a poco hacia el interior buscando la pista que trajimos de Gredilla la Polera ya de retorno.

A tramos, recorremos el páramo sin un camino claro y es aquí cuando hay que tener especial cuidado en no despistarse. La mejor referencia es dirigirse siempre hacia el norte buscando su borde. Es conveniente traer un GPS o brújula porque si tomamos el camino incorrecto, pudiéramos desviarnos hacia el este y perdernos por los caminos que descienden hacia el desfiladero de Peñahorada.
En el retorno, ya cerca del inicio del camino que baja a Gredilla, destaca enormemente un solitario arbusto aislado en medio del páramo. Si nos fijamos, su tronco ha crecido extrañamente flanqueado por dos enormes losas de piedra en posición vertical. ¿Son los restos de un antiguo dolmen?
¿Restos de un dolmen? 
Desde aquí enlazamos ya con la cercana pista que traíamos desde Gredilla y descendemos por el mismo camino rápidamente. Tras atravesar de nuevo el bonito Callejón de la Polera, llegamos al pueblo.

Regresando a Gredilla atravesamos de nuevo el Callejón.


NECRÓPOLIS DE LA POLERA
Dificultad
Baja
Ciclable
No
Circular
Orientación
Difícil, no hay referencias en el páramo y los caminos aparecen y desaparecen continuamente.
Época recomendable
Primavera y otoño. Evitar el calor del verano y frío en invierno.
Inicio
Gredilla la Polera
Distancia de Burgos
22,5 kilómetros.
Tiempo total
2 horas.
Distancia total
7,8 kilómetros.
Interés
Necrópolis, paisaje paramero
Altitud mínima
920 m.
Altitud máxima
1034 m.
Mapas
1:50000: 0167 Montorio; 0200 Burgos
1:25000: 0167-3 Huérmeces; 0167-4 Hontomín; 0200-1 Santibáñez-Zarzaguda;                  0200-2 Rioseras

Notas:
- También podemos llegar a la necrópolis desde Peñahorada y las cercanías de Ubierna. Hay multitud de caminos que suben desde el llano.
- La orientación en el páramo no es fácil, ya que no hay referencias claras y podemos perder el camino de vuelta a Gredilla la Polera.
- Muy cerca de Gredilla la Polera podemos visitar el curioso desfiladero del arroyo de Rucios o San Martín de Ubierna, ya publicado en una entrada en este blog.



Desfiladero de San Martín de Ubierna

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Mapa topográfico

Perfil de elevación



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sábado, 22 de noviembre de 2014

Montes de la Peña: de Castro Grande a Peña Corvilla

Los Monte de la Peña constituyen una formidable barrera que separa entre sí los Valles de Mena y de Losa y son la continuación natural de las Sierras Sálvada y de la Carbonilla. Geológicamente hablando, representa el flanco sur de la depresión diapírica que ha formado el Valle de Mena. Su longitud es de más de 16 kilómetros que sumado a lo agreste del terreno, en algunos puntos supera los 1000 metros de desnivel respecto al valle, debe recorrerse por sectores. En esta entrada, recorreremos su extremo más oriental, desde Castro Grande hasta la Peña Corvilla o Tres Dedos. Accederemos a la sierra por su vertiente sur desde el pueblo de Relloso, ubicado en el extremo norte del Valle de Losa.

 Los Montes de la Peña vistos desde el Valle de Losa

Llegaremos a Relloso, ubicado en el Valle de Losa, saliendo de Burgos hasta Oña y Trespaderne. Desde este último, tomaremos la carretera que sube por Pedrosa de Tobalina hasta Quincoces de Yuso. Desde aquí tenemos que coger la carretera local que se dirige al norte hasta morir en la población de Relloso.

Relloso, perteneciente al Valle de Losa, se ubica en el fondo de un valle cerrado por su lado norte, a modo de muralla por los Montes de la Peña al NO. y la Sierra de la Carbonilla por el NE.

Relloso se haya en la vertiente sur de los Montes de la Peña y la Sierra de la Carbonilla.

Relloso
Nacimiento del río Jerea.
Centro del pueblo.
Iglesia de San Miguel y San Martín.
El pueblo, muy disminuido y casi deshabitado, mantiene aún una bonita fuente en una plaza rodeado de buenas construcciones en piedra caliza, así como los restos arruinados de su iglesia. No encontramos a nadie por sus calles.
Desde la plaza de la fuente, debemos tomar la pista que, por el norte del pueblo, sube hacia la falda de la montaña, que vemos cercana. Antes, merece la pena acercarse el nacimiento del río Jerea, muy cercano al caserío. Siguiendo la señalización, tenemos que que descender por un sendero desde el pueblo, que en apenas doscientos metros, nos deja en la orilla del río. A la derecha, junto a un molino arruinado, contemplamos su nacimiento. Hay que decir que aunque este lugar está señalizado como el nacimiento del Jerea, el río se alimenta en su cabecera también de otros cursos y arroyos que bajan de las laderas, por lo cual podríamos decir que lo que realmente visitamos es una de sus fuentes.

Retornamos al pueblo caminando, cogemos el coche y salimos desde la plaza por una amplia pista que se dirige hacia el norte. Acortamos por esta pista unos dos kilómetros hasta llegar a la entrada del bosque, donde dejamos definitivamente el coche. Realmente este camino sube hasta la estación de telecomunicaciones de Castro Grande, adonde nos dirigimos, pero es preferible no continuar con el coche y así está indicado a la entrada.

Emprendemos entonces la marcha caminando por el bosque. Frente a nosotros, divisamos ya la formidable muralla rocosa que forma la ladera meridional de los Montes de la Peña. Atravesamos un bosque de pinos y en algo más de un kilómetro, llegaremos al entorno del túnel de la Complacera. Junto a él hay un panel explicativo explicando su origen. El túnel se construyó en 1891 a golpe de pico y pala para facilitar el transporte del carbón recogido en la ladera sur de los Montes de la Peña hasta la estación de ferrocarril de Mercadillo, ya en el Valle de Mena. Acortaba enormemente el recorrido al evitar dar un gran rodeo.
Puede ser atravesado con total seguridad, son apenas 60 metros, y comunica los Valles de Mena y Losa entre sí.

Dejamos el túnel de la Complacera a nuestra izquierda y continuamos por la pista que sube a Castro Grande.
Es posible visitarlo, pero lo dejamos para la vuelta y continuamos por la pista que sube hacia Castro Grande, donde se ubica el Pico del Fraile, primer destino de nuestra excursión.

Boca de entrada al Túnel de la Complacera desde el Valle de Losa.
Subimos por una pista hacia Castro Grande.
La pista, muy ancha, asciende hasta Castro Grande, una gran meseta rocosa que ocupa el extremo oriental de los Montes de la Peña y se comparte con su continuación en la Sierra de la Carbonilla. Se trata de una desolada planicie kárstica, en el extremo de la cual se ubica una estación de telecomunicaciones. Junto a ella, se ubica la punta llamada Peña del Fraile, Pico Horcao o Peña de Lía (1086 metros), que por todos estos nombres se la conoce dado que es muy distinguible desde los valles norteños.

En 300 metros llegamos entonces al borde de la meseta que cae a pico sobre el valle.
Magníficas vistas de los Valles de Mena y Angulo, Áyega a nuestro pies y las sierras adyacentes Sálvada y Ordunte, entre otras.

El mirador es excepcional. En día claros divisamos perfectamente el Mar Cantábrico pues no nos encontramos muy lejos en línea recta del mar. Nos hallamos en la esquina entre las provincias de Burgos, Álava y Vizcaya. Justo debajo a nuestros pues, el espigón rocoso llamado Diente del Ahorcado (1072 metros), muy perceptible desde el Valle de Mena.
El Diente del Ahorcado.
Para continuar la excursión, deshacemos el recorrido por la pista hasta llegar de nuevo al entorno del túnel de la Complacera. Allí mismo, nace un sendero muy evidente que sube entre los pinos fácilmente hacia el pequeño collado que hay entre Castro Grande y el Castrejón, que se yergue imponente a nuestra izquierda y es nuestro próximo destino.

Video: Panorámica desde el Pico del Fraile


El Valle de Losa desde la pista que sube a Castro Grande.
Realmente hubiéramos podido ahorrarnos volver de nuevo por la pista porque hubiera sido posible descender de Castro Grande por un pequeño portillo hacia el collado.

El Castrejón.
Emprendemos el ascenso al Castrejón. Como la pendiente es muy fuerte (debemos superar 80 metros de desnivel en apenas 150 metros) seguimos a media ladera buscando ganar altitud subiendo en zigzag. Sin grandes dificultades, llegamos a la cumbre de la peña (1012 metros). La cima se halla señalizada con un hito montañero. De nuevo las vistas sobre el Valle de Mena son magníficas. Divisamos ahora Castro Grande a nuestra derecha asemejándose a una gran fortaleza a modo de atalaya de la sierra sobre los valles.


Subiendo al Castrejón.
Castro Grande desde la cumbre del Castrejón.
Continuamos camino dejando el Castrejón atrás. Seguimos el cordal de la sierra por su borde rocoso. Las caídas a nuestra derecha sobre el Valle de Mena oscilan entre los 500 y 700 metros. Aunque no es peligroso, hay que caminar con precaución.

Con facilidad, descendemos la peña rocosa del Castrejón hasta un pequeño portillo que la separa del siguiente hito de nuestra marcha: la Peña Complacera. Se trata de una cumbre de transición, sin apenas prominencia.
Descendemos del Castrejón hacia un pequeño portillo.
Todo el recorrido es cómodo, siempre disponemos a nuestra derecha de extraordinarias vistas del Valle de Mena y a nuestra izquierda el Valle de Losa en su sector occidental.


Justo en la base de la peña, sale a nuestra derecha, junto al borde, un camino que se halla cortado por una barrera metálica. La atravesamos fácilmente y continuamos a modo de exploración por un estrecho sendero que discurre justo debajo de la pared. Aunque el sendero no llega a ser peligroso, en algunos puntos se estrecha mucho teniendo a nuestra derecha una fuerte pendiente y a la izquierda las enormes paredes rocosas que forman la cresta de la peña y parecen caerse sobre nuestras cabezas. De hecho vemos enormes desprendidas sobre el camino.
 

Continuamos buscando algún rebaje o portillo a nuestra izquierda que nos incorpore al cordal, pero todo lo contrario, el camino se estrecha cada vez más y se torna más selvático. Aunque hubiera algún tubo o portillo más adelante, seguramente será muy complicado y peligroso de remontar así que deshacemos lo recorrido, apenas trescientos metros, y tras superar de nuevo la valla metálica, seguimos por la cresta.
A través de un pequeño bosquete, accedemos a la meseta superior de la Peña Complacera. Encontramos ganado vacuno con ejemplares de grandes cuernos, que nos miran con desconfianza e incluso se aproximan a nuestro paso.

Continuamos por el cordal hacia el oeste. Al fondo divisamos los Tres Dedos.
Ganado vacuno pastando sobre la Peña Complacera.
Frente a nosotros, a modo de cáscara que se abre, divisamos ya las peñas llamadas Tres Dedos, la primera de las cuales es la llamada Peña Corvilla. Se trata de tres puntas rocosas de elevada pendiente que se abren sobre el valle a modo de hojas. Si observamos bien, comprendemos mejor el proceso de formación de los Montes de la Peña: se trata del borde sur del Diapiro de Mena. El empuje vertical constante de la sal depositada en el Triásico de Keuper, originó la fractura y posterior levantamiento de los estratos calizos depositados en el Cretácico, muy posteriores y más frágiles. Quedan descubiertos por la base los materiales más débiles que son rápidamente erosionados provocando el vaciamiento, a modo de cubeta, que ha originado la depresión del Valle de Mena. Este efecto se observa muy bien en el Diapiro de Poza de la Sal, como ya se ha explicado en este blog.


Atravesamos otro pequeño portillo, desde donde disfrutamos de una buena vista del Valle de Mena en su totalidad. Mirando hacia el norte, divisamos la capital del valle, Villasana de Mena.

Desde la Peña Complacera disfrutamos de una extraordinaria vista del resto de la sierra.
Desde aquí podemos contemplar muy bien el perfil agreste de la cresta con sus mayores cumbres: Tres Dedos, Peñalba, Peñamayor. De nuevo apreciamos el contraste entre el perfil agreste y cortado a pico sobre el Valle de Mena por el norte y la ladera de menor pendiente que por el sur cae suavemente sobre el Valle de Losa. De nuevo el origen diapírico que ha originado esta sierra se ve más nítidamente.

Divisamos Villasana de Mena desde un pequeño portillo entre la Peña Complacera y Corvilla.
Continuamos por el cordal, teniendo ya a la vista la impresionante silueta de la Peña Corvilla, último destino de nuestra excursión, que se presenta desafiante frente a nosotros. De nuevo, debemos ascender a su cima faldeando por su lado sur, buscando la mínima pendiente. Ganamos altitud poco a poco subiendo en zigzag por la ladera, muy empinada en algunos tramos.

Subimos hacia la Peña Corvilla.
Tras superar el desnivel, llegamos a la cumbre de Peña Corvilla (1166 metros). No hace falta referir las extraordinarias vistas que se disfrutan desde la cima.

Cumbre de la Peña Corvilla. Al fondo: los Tres Dedos sugieren perfectamente el proceso de levantamiento del diapiro.
Desde aquí divisamos los otros dos picos que conforman los Tres Dedos. Nos parecen muy agrestes y con una elevada pendiente. Dejaremos su visita para otra ocasión y emprendemos el retorno.


Video: El Valle de de Mena
desde la cima de Peña Corvilla



Magnífica panorámica del Valle de Mena desde la Peña Corvilla. Al fondo: los Montes de Ordunte.
En el camino de regreso, una vez sobrepasada la peña Castrejón por su parte inferior, atajamos descendiendo por un sendero por el bosque y llegamos a la pista junto al túnel de la Complacera.

Durante el regreso disfrutamos de magníficas vistas de Castro Grande.
El túnel puede ser visitado de manera segura, así que lo atravesamos y nos asomamos al otro lado. En apenas 60 metros, pasamos de un valle a otro. Contemplamos unas extensas panorámicas de los Valles de Mena y Áyega de nuevo.


Video: El Valle de Mena 
desde el túnel de la Complacera


Deshacemos de nuevo el túnel, retornamos a la pista que baja a Relloso, volviendo por ella hasta el coche.

MONTES DE LA PEÑA
Dificultad
Media-alta, por su longitud y terreno muy agreste
Ciclable
No.
Circular
No.
Orientación
Fácil, la cresta de la sierra es la referencia.
Época recomendable
De primavera a otoño. Evitar invierno y nieblas.
Inicio
Pista de montaña a 1,5 kilómetros de Relloso.
Distancia de Burgos
111 kilómetros.
Tiempo total
Unas 5 horas.
Distancia total
15,3 kilómetros.
Interés
Montes de la Peña, panorámicas de los Valles de Mena, Angulo, Losa y Ayega
Altitud mínima
819 m.
Altitud máxima
1098 m.
Mapas
1:50000: 0085 Villasana de Mena
1:25000: 0085-2 Villasana de Mena; 0085-4 Sopeñano


Notas:

- La ruta tiene fácil orientación ya que siempre seguiremos la cresta teniendo el valle a nuestra derecha. 
- Hay que tener cuidado con los socavones y hoyos ocultos entre la vegetación, ya que la roca es de naturaleza caliza.
- En el borde hay empinados acantilados, por lo que hay que caminar con precaución.
- El túnel de la Complacera se puede atravesar sin peligro alguno. En 60 metros pasaremos del Valle de Losa al Valle de Mena.
- Los Montes de la Peña bien merecen nuevas visitas y ser recorridos en toda su integridad. Por su vertiente sur, desde el Valle de Losa, podríamos ascender a los picos mayores de la sierra: el Peñalba (1244 m.) y Peñamayor (1252 m.) así como al Portillo de la Magdalena que comunicaba los dos valles. Desde el Valle de Mena las pendientes son mucho mayores, pero, pese a su aspecto inexpugnable, existen vías y portillos que permiten la ascensión.
- A medio kilómetro de Relloso y dentro de su vallejo, se hallan los restos del pueblo de Santa María de Relloso, hoy reconvertido en granja. Aún mantiene sus edificaciones e iglesia en buen estado.

San Miguel de Relloso

- En el regreso a Quincoces de Yuso, podemos divisar a nuestra izquierda desde la carretera junto al río Jerea los restos del despoblado de Quincoces de Suso.

Ruinas de Quincoces de Suso vistas desde la carretera



Mapa topográfico


Perfil de elevación

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