lunes, 31 de octubre de 2016

Caminos de Santa Casilda

Nos acercamos esta vez a la cercana comarca de la Bureba. Desde el entorno de Santa Casilda, recorreremos los antiguos caminos que frecuentaban los peregrinos desde los pueblos que se dirigían al santuario. Cerca de la localidad de Rojas, visitamos una cascada y el Paso de las Cuevas.


Santuario de Santa Casilda



Iniciamos la ruta junto al santuario, ubicado en la localidad burebana de Buezo, a 10 kilómetros de Briviesca. Desde Burgos, lo más rápido es salir por la carretera de Poza de la Sal. Una vez sobrepasado el pueblo de Temiño, tomamos el desvío a la derecha hacia Briviesca. Pasados las localidades de San Pedro de la Hoz, Galbarros y Buezo, llegamos a las campas que hay en la parte baja del santuario. Junto a los merenderos, dejamos el coche en el aparcamiento habilitado al efecto junto a la carretera.
El plan inicial es remontar el rocoso Alto de la Varga por un sendero que lleva al cercano pueblo de Salinillas. Desde allí, atravesaremos al Sierra de las Cruces para llegar hasta Rojas de Bureba. Volveremos a Santa Casilda por el antiguo camino que unía esta localidad con el santuario, atravesando el Paso de las Cuevas.
Dejamos el coche en el aparcamiento del área recreativa de Santa Casilda.
Saliendo del aparcamiento, emprendemos la marcha ascendiendo primero por una vaguada que sube hacia el bosque para incorporarnos a un sendero que gana altitud en zigzag para superar el espinazo rocosa que separa Santa Casilda de Salinillas.

Según ascendemos en altura, visualizamos el templo sobre la roca.
El sendero a Salinillas de Bureba asciende entre el roquedo.
Buenas perspectivas del Santuario desde el camino de Salinillas.
Según ganamos altitud, vamos ganando buenas panorámicas sobre el santuario, que queda ahora a la altura de nuestros ojos, Hacemos buenas fotos. En apenas quince minutos llegaremos a un collado desde donde iniciamos el descenso a Salinillas. Estamos siguiendo el antiguo camino que unía este pueblo burebano con el santuario. Señal de esto son las pequeñas cruces en algunos desvíos.


Salinillas de Bureba se halla a poca distancia. Llegamos en poco a la parte superior del pueblo, justo encima de la iglesia, que ocupa la parte alta del caserío. 

Salinillas de Bureba.
Solo bajamos a visitar la iglesia, muy remozada pero que aún mantiene un bello pórtico románico. Volvemos al camino y continuamos.

Salinillas de Bureba - Iglesia de Santa Eugenia

Nuestro próximo destino es Rojas de Bureba, aún distante. Para llegar, debemos desviarnos del camino que traíamos y continuar por una marcada y amplia pista que se dirige hacia el norte, dejando a mano izquierda la ladera arbolada de los montes que hemos superado. A la derecha, observamos los restos de una extensa cantera, que parece abandonada y la gran llanura burebana. 

Dejamos atrás Salinillas de Bureba.
En apenas un kilómetro desde Salinillas, llegaremos a la carretera de Briviesca para continuar por un sendero menos marcado al otro lado. Frente a nosotros, tenemos la alineación de alturas de la llamada Sierra de las Cruces, una alineación rocosa que separa el valle donde se halla Santa Casilda de los pueblos de Rojas, Quintanilla-Urilla y la comarca de Poza de la Sal. Si nos fijamos, contemplamos de lejos el santuario, sobresaliendo entre los montes rocosos.

Tras atravesar la carretera de Briviesca, ascendemos hacia el Santorcaz camino de Rojas.
Pero para llegar a Rojas, tenemos que atravesar la sierra buscando un pequeño portillo de fácil acceso. El camino que llevamos, llega hasta la ladera sur e inicia un suave ascenso hacia el Santorcaz. En este blog, ya hemos publicado una entrada (ver Santorcaz desde Rojas de Bureba) en que subimos hasta la cima de este monte, precisamente desde Rojas de Bureba. Por el sendero, alcanzamos un pequeño collado, dejando la montaña a nuestra izquierda para iniciar de inmediato el descenso hacia la vega donde se halla Rojas, que ya vemos frente a nosotros.

Atravesamos la Sierra de las Cruces
Llegamos al llano, continuamos entre sembrados hasta alcanzar la carretera de Briviesca.

Descendemos de la sierra camino de Rojas, que ya vemos sobre el llano.

Entramos en Rojas de Bureba por la carretera. Sobre la línea de las casas, a nuestra derecha, contemplaremos la silueta de las ruinas del castillo de Rojas, de gran importancia en la Edad Media.

Rojas de Bureba

Rojas es un pequeño pueblo donde destaca, como hemos mencionado, el castillo, la iglesia, así como un puñado de casas que mantienen su arquitectura tradicional burebana. Saldremos por la calle principal hacia el sur hacia la sierra, siguiendo el antiguo camino que seguían los romeros hacia Santa Casilda.

Dejamos Rojas y nos dirigimos hacia el Paso de las Cuevas.
El sendero gana un poco de altitud siguiendo el arroyo de Santa Casilda, que queda a nuestra izquierda. En apenas diez minutos, sobre un pequeño mirador, contemplamos el río discurriendo cada vez más encajonado. En la otra orilla destaca un antiguo molino.


Camino de Santa Casilda.
Estamos en abril y sus aguas bajan muy crecidas. Una caudalosa catarata salva un desnivel. Muy cerca, descubrimos también una caudalosa catarata.


Precisamente en este ligar, se ha habilitado un merendero donde podemos descansar, comer algo y hacer fotos de estos saltos de agua. Un panel informativo nos informa sobre el Paso de las Cuevas que vamos a atravesar ahora.

Cataratas del arroyo de Santa Casilda, junto al Paso de las Cuevas.
Una vez hemos descansado, afrontamos el tramo final. Seguimos por el sendero que se introduce en un pequeño desfiladero, el llamado Paso de las Cuevas,. El arroyo de Santa Casilda ha abierto un pequeño paso para atravesar la sierra en su camino hacia el entorno del santuario. Nada más entrar, descubrimos a nuestra derecha una oquedad.

Entrada al Paso de las Cuevas.
En su interior, de fácil acceso, encontramos una estatuilla de la Virgen, sobre una roca. La imagen que preside el interior de la cueva.

El sendero penetra en el Paso de las Cuevas.
Entrada a la Cueva de la Virgen.


Salimos de la cueva y continuamos por el sendero. Éste sigue la margen derecha del arroyo durante unos quince minutos, saliendo poco a poco de su parte más angosta. El desfiladero es de pequeña extensión. En la salida, sobre unos prados, hay unas mesas.

Entramos en el Paso de las Cuevas, camino de Rojas a Santa Casilda.

Punto más estrecho del Paso de las Cuevas.


Una vez fuera del desfiladero, el sendero se transforma en pista de nuevo y continua entre campos de cultivo. A nuestra derecha, contemplamos la agreste silueta de la Sierra de las Cruces, en su sector de Quintanilla-Urrilla, a descubrir y recorrer en otra ocasión desde este pueblo.


Cómodamente continuamos buscando la carretera que va a al santuario desde Burgos. Llegamos al asfalto en apenas quince minutos de cómoda caminata.


Ya estamos muy cerca de Buezo, ubicado junto al santuario. Siguiendo la carretera, entramos en las primeras casas del pueblo. En su interior, encontramos buenos ejemplos de arquitectura tradicional burebana e incluso algunas casas de elevada altura. Merece la pena desviarse de la calle principal para asomarse a la iglesia, ubicada sobre un altozano cercano.

Ya divisamos Buezo al fondo.

Centro de Buezo.
Ya solo tenemos que salir del pueblo por el extremo contrario al que hemos entrado. Allí, continuamos por un marcado camino. A nuestra izquierda nos acompañan algunos campos de labor, a la derecha, la ladera de la montaña. El sendero nos lleva en diez minutos, tras describir algunas curvas, al entorno inferior del Santuario de Santa Casilda.

Iglesia de San Millán Abad en Buezo.

Salimos de Buezo camino del santuario.

El área recreativa ocupa la parte inferior de la peña donde se ubica el templo. Allí pasamos junto a los lagos San Vicente, entre los cuales destaca el llamado Pozo Blanco, supuestamente con propiedades fecundadoras. La leyenda dice que si se desea tener un niño, hay que lanzar una moneda desde la ladera. Si se desea tener una niña, hay que lanzar una teja. Si se consigue que caiga dentro del pozo, se tendrá descendencia en el plazo de un año.


El Pozo Blanco.

En poco más, llegamos al entorno del aparcamiento, junto a la carretera, donde habíamos dejado el coche.




CAMINOS DE SANTA CASILDA
Espacio natural
Montes de la Bureba.
Dificultad
Baja.
Tipo de camino
Pistas en buen estado y algún tramo corto por carretera.
Ciclable
Sí.
Agua potable
Hay en los pueblos que atraviesa y en la campa del santuario.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Difícil. La excursión discurre por muchos a caminos y senderos con múltiples desvíos sin señalizar.
Época recomendable
Primavera y verano.
Inicio
Área recreativa del Santuario de Santa Casilda (Buezo).
Distancia de Burgos
40,1 kilómetros.
Tiempo total
3 horas 20 minutos.
Tiempos de marcha
Santa Casilda-Salinillas: 22 minutos. Salinillas-Rojas: 1 hora y 26 minutos. Rojas-Paso de las Cuevas: 21 minutos. Paso de las Cuevas-Santa Casilda: 50 minutos.
Distancia total
13,4 kilómetros.
Interés
Santuario de Santa Casilda, Sierra de las Cruces, cascada y desfiladero de Rojas, cueva de la Virgen, pueblos burebanos.
Altitud mínima
715 m.
Altitud máxima
943 m.
Desnivel acumulado
443 m.
Mapas
1:50000: 0168 Briviesca.
1:25000: 0168-3 Rojas.
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f
Notas:
- Briviesca se halla muy cerca del Santuario de Santa Casilda. Es buena idea pasarse y parar a tomar algo en cualquiera de sus animadas calles.
- Es posible subir en coche hasta la entrada del recinto del santuario, donde hay un aparcamiento. Es recomendable visitar el templo.
- COMER Y BEBER: en la campa del santuario hay mesas y fuentes de agua. En la hospedería se puede comer (conviene reservar).


Santuario de Santa Casilda.


Leyenda de Santa Casilda

Según cuentan las crónicas, corría el año 1040 cuando el rey de Toledo Abul asan Yahya al-Mamun, tubo una hija a la que llamó Casilda. La bondadosa princesa fue sorprendida por su padre llevando alimentos a los cautivos cristianos presos en las mazmorras toleandas, pero los panes que escondía entre sus ropas se transfomaron milagrosamente en delicadas rosas. Este suceso legendario quedó para siempre unido a la representación iconográfica de la santa.




Al poco tiempo, Casilda cayó víctima de una enfermedad incurable. Enterada de que en las remotas tierras cristianas existían unos lagos con aguas milagrosas, acudió hasta ellos para intentar sanar el mal de la sangre. Muy pronto fue bautizada y tras un breve pero intensa vida eremítica, murió en loor de santidad.
El renombre de los lagos de San Vicente, que así se llaman estas milagrosas aguas burebanas, fue creciendo y con el paso de los siglos se convirtieron en un concurrido lugar de peregrinación al que acudían las gentes atraídas por la fama taumatúrgica de la singular santa de origen bereber.

En el siglo XVI se levantó en lo más alto del risco calizo que preside los lagos un santuario en el que sobresale una capilla renacentista de tres naves. En su interior se conserva la imagen recostada  de la santa sobre su sepulcro. Todos los años durante el mes de mayo se celebra en el santuario de Santa Casilda la concurrida fiesta y romería de La Tabera.


“Santa Casilda bendita,
Hoy mismo vengo de verte,
Y también vengo de ver
Los lagos de San Vicente.

Santa Casilda bendita,
Hija de padre gentil;
Por la gracia de Dios Padre
Bautizada en San Martín.”


( texto extraído del volumen III de la Serie "Rincones singulares de Burgos", de Enrique del Rivero, publicado por Caja Burgos ).


- En Rojas de Bureba, podemos visitar los restos del castillo. Para llegar, hay que tomar una pista que se dirige hasta la misma base del altozano donde se ubica.
Castillo de Rojas


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