viernes, 7 de febrero de 2014

Cañón del Ebro en bicicleta

Este recorrido, discurre por el tramo burgalés del Cañón del Ebro entre Orbaneja del Castillo y el Valle de Zamanzas, más allá de Pesquera de Ebro.  La ruta se convierte en circular al retornar al punto de inicio subiendo al pueblo de Turzo, desde el cual realizaremos un largo y atractivo descenso hasta Orbaneja del Castillo, para disfrutar, justo antes de llegar a este pueblo, de las mejores panorámicas del cañón.

El mejor lugar para comenzar esta ruta es Quintanilla-Escalada, ubicado junto a la carretera N-623. Para llegar, saldremos por la carretera de Santander. Pasado Ubierna, tomamos el desvío hacia el Puerto del Escudo. Tras sobrepasar el Páramo de Masa y los pueblos de Tubilla y San Felices, llegamos a Quintanilla-Escalada. Nada más cruzar el puente sobre el Ebro, dejaremos el coche en la explanada de la gasolinera a la izquierda de la carretera. El pueblo se ubica en pleno cañón y justo frente a la gasolinera, nace la amplia pista que se adentra en el cañón en su recorrido hacia Pesquera de Ebro.

Quintanilla-Escalada


Al inicio del camino, hay un panel informativo sobre el cañón. Penetramos en él. Este primer recorrido es fácil y llano. Rodamos bastantes kilómetros teniendo el Ebro a nuestra derecha abajo, invisible por la vegetación, y la ladera del cañón a nuestra izquierda. La marcha es rápida y en las cercanías de Valdelateja, invisible siempre desde la pista, describe una amplia curva para acomodarse al gran meandro que realiza el río. Es en este tramo donde el río Rudrón desemboca en el Ebro. La exuberante vegetación de ribera nos impide ver el punto donde confluyen. Tras pasar la ermita de Nuestra Señora de Ebro, hoy solitaria y poco visitada, llegamos a las inmediaciones del puente sobre el río. Por aquí, llegan los senderistas que parten de Valdelateja y se halla al lado de la Central Eléctrica el Porvenir, que aprovecha el desnivel que hay al atravesar el río el espolón rocoso que evita el meandro que circunvala. Una gran obra realizada  comienzos del siglo XX.

Ermita de Nuestra Señora de Ebro.
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Desde el puente y la central, la pista se convierte en una estrecha senda. La vegetación es exuberante y debemos prestar atención ya que la visibilidad en algunos tramos es muy reducida. El ritmo de marcha se ralentiza y entramos en los tramos más angostos y "selváticos" del desfiladero.

Terrazas calizas formadas por los saltos de agua.
Exuberante vegetación entre Valdelateja y Pesquera de Ebro.
Continuamos por el sendero sin pérdida siguiendo la orilla del río. Tras atravesar los tramos más estrechos, en que prácticamente tocamos las aguas, entramos en una amplia chopera, que nos avisa que estamos ya cercanos a Pesquera de Ebro. Nos separamos del río y entramos en el pueblo junto a la iglesia.
Pesquera de Ebro es un pueblo interesante por muchos motivos. En primer lugar su pintoresco emplazamiento, en una gran curva que traza el Ebro. Varias fachadas de casas del pueblo lucen espléndidos y llamativos blasones de los siglos XVII y XVIII.

Iglesia de Pesquera de Ebro.

Blasón del siglo XVIII.
Pesquera de Ebro: puente sobre el río.
Dentro del pueblo, debemos continuar siempre por la orilla izquierda del Ebro, sin pasar el puente. Debemos tomar una calle que sube por su parte norte y por la cual abandonamos el pueblo siguiendo un amplio camino que poco a poco va ascendiendo sobre el nivel del río, que vemos abajo.

Atravesamos la calle principal de Pesquera de Ebro.
Continuamos por el cañón que se dirige sin dilación al cercano Valle de Zamanzas. Tendremos el río siempre a nuestra derecha. El camino se estrecha y se convierte en senda, aumentando la pendiente ya que el desfiladero se enrisca y el río se encajona.

Dejamos Pesquera atrás siguiendo la orilla del Ebro.
La senda continua hasta que ésta gira hacia la derecha en noventa grados al enriscarse la margen del río por la que rodamos. Frente a nosotros abajo, el Ebro ha esculpido y roto a lo largo de millones de años el borde SE. del gran anticlinal de Zamanzas. Se trata de una impresionante cluse sobre la cual se precipitan los acantilados calizos que el río ha ido horadado. Es éste un buen lugar para descansar y hacer fotos.

El Ebro se encajona antes de salir al Valle de Zamanzas.
Entrada del Ebro al Valle de Zamanzas rompiendo el flanco sur del anticlinal de Zamanzas por una preciosa cluse.
En la otra margen, la carretera se encajona adaptándose al exiguo espacio que le deja el río y la pared rocosa.


Abandonamos la margen del río y viramos 90 grados ascendiendo por un estrecho barranco que cae desde el páramo al río. En época seca, el arroyo baja completamente seco.

Dejamos el Cañón atrás y subimos hacia Turzo.
Ascendemos con fuerte pendiente y el barranco se ensancha poco a poco.

El camino de Turzo asciende por un recóndito y bonito barranco.
En algunos tramos, tenemos que poner pie a tierra, para superar la pendiente. Afortunadamente el camino se presenta en muy buen estado. Es un sendero muy solitario y escondido en que la naturaleza nos rodea. En apenas veinte minutos, alcanzamos el páramo y entramos en las calles de Turzo, las torres de cuya iglesia hemos divisado desde lejos ya.
Turzo se emplaza en un pintoresco lugar: en el centro de un macizo aislado rodeado por los cañones excavados por el Ebro por su parte E., S. y O. Su único acceso se realiza desde un ramal de la carretera al poco de sobrepasar Quintanilla-Escalada.
Entramos en sus solitarias calles. Destacan algunos escudos blasonados que adornan sus calles. Desde hace unos años, existe una fábrica de velas, que ha dado algo de vida al pueblo.

Turzo.
Video de Turzo


Debemos seguir las indicaciones y salir por una pista que se dirige hacia el oeste. El camino, asciende a un otero, sobre el cual dominamos el pueblo y apreciamos ya hacia el oeste de nuevo el cañón a la altura de Escalada.

Bajamos del páramo hacia la carretera a la búsqueda de las Ventas de Orbaneja.
Emprendemos el descenso por la ladera. El recorrido es largo, debemos frenar con frecuencia por la fuerte pendiente. En diez minutos alcanzamos el borde de la carretera a la altura de las llamadas Ventas de Orbaneja, un conjunto de edificaciones, hoy abandonados, ubicados junto a la carretera N-623.
Cruzamos la carretera y continuamos por el mismo camino, ya en el llano, rodando por el llamado páramo de Bricia.

Tenadas de Horca Menor.
A nuestra izquierda, el Ebro serpentea casi doscientos metros más abajo, a la altura del pueblo de Escalada. El camino está bien marcado. Dejamos a la derecha las casas de Horca Menor, antiguo poblado ganadero y emprendemos enseguida el descenso hacia Orbaneja del Castillo. Éste no es demasiado pronunciado y no tiene gran dificultad. 

Antiguas cabañas del páramo de Orbaneja.
Llegamos al borde del cañón y visualizamos el gran meandro del Ebro junto a Orbaneja del Castillo, que aparece frente a nosotros colgado sobre la ladera izquierda del río. Es ésta una de las mejores panorámicas que pueden realizarse del pueblo. Seguimos por el camino continuando el descenso hacia el río y entramos en la localidad por su parte alta junto a la diminuta ermita de San Vicente.

Magnífica vista primaveral de Orbaneja del Castillo y el Cañón del Ebro.

Video de Orbaneja del Castillo


Descendemos ya sin pérdida hasta la plaza del pueblo, junto a la cascada de la Cueva del Agua. Orbaneja del Castillo es buen sitio para comer, descansar, pararse y disfrutar del paisaje y el entorno.

Orbaneja del Castillo: ermita de San Vicente
En épocas veraniegas, suele estar bastante saturado de visitantes.


Orbaneja del Castillo


Continuamos la ruta. Bajamos a la carretera por la calle que parte de la plaza a mano derecha que desciende hacia el río. Justo enfrente de la carretera, hay un puente por el cual cruzamos el río Ebro. En la otra orilla tomaremos la mano izquierda de la senda que discurre entre el río y la montaña. Continuamos ya sin pérdida hasta Quintanilla-Escalada.

Río Ebro entre Orbaneja del Castillo y Escalada.
Senda junto al río Ebro.
La senda se estrecha a ratos y en ocasiones debemos echar pie a tierra pues es interrumpida por pequeños arroyos que bajan al río. En líneas generales se halla en buen estado. En época de lluvias, no obstante, algunos tramos pudieran estar anegados por el río y otros enfangados.
En apenas quince minutos pasamos por las inmediaciones de Escalada, que queda a mano izquierda al otro lado del río. No pasamos el puente que lleva al centro del pueblo y continuamos sin dilación siguiendo la orilla. 
En apenas cinco minutos más, llegamos a las primeras casas de Quintanilla-Escalada. Tras atravesar sus calles y llegar a la carretera, cruzamos el puente sobre el Ebro de nuevo y llegamos a la gasolinera donde tenemos el coche, punto origen de nuestra excursión.


Cañones del Ebro en bicicleta



Notas:
- La ruta no tiene grandes dificultades, más que las propias de rodar por terreno irregular, sobre todo en el tramo de Orbaneja del Castillo a Quintanilla-Escalada y la subida de Pesquera a Turzo.
- En todos los pueblos hay bar y posibilidad de comer.


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Mapa topográfico


Perfil de elevación

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1 comentario:

  1. Es una maravilla de la naturaleza, pero son menos km que los que se indican en el perfíl. El cuenta nos marcó 28 km pero ¡Cómo disfrutamos! Unas vistas espectaculares.

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