lunes, 21 de noviembre de 2016

Barranco de Abanza

Dentro del valle del Urbión, en la misma ladera norte del pico San Millán, exploramos uno de sus barrancos más salvajes y desconocidos: el arroyo Abanza. En este blog ya hemos visitado parte de él durante la ruta que sube hacia las cascadas de Altuzarra. En esta ocasión, seguimos por el lecho arroyo arriba hasta llegar a sus fuentes.


Barranco de Abanza


El tramo inicial del barranco es paso obligado en la visita a las cascadas (ver entrada Cascadas de Altuzarra). Hay que reseñar, que este arroyo también es llamado Esquizago por los habitantes de Santa Cruz.
Llegaremos desde Burgos tomando la carretera de Pradoluengo para acercarnos hasta la población serrana de Santa Cruz del Valle Urbión. Llegamos a esta localidad por dos posibles itinerarios: a través de Belorado y Pradoluengo o por la carretera de los pantanos desviándonos hacia Alarcia.

Área recreativa del refugio de Zarcia, en Santa Cruz del Valle Urbión.
Una vez en Santa Cruz, recorremos sus dos barrios saliendo por una pista en buen estado que sube valle arriba. En unos tres kilómetros, llegaremos al refugio de Zarcia, hoy habilitado como área recreativa y muy frecuentado por los excursionistas que visitan sobre todo el hayedo del Urbión (ver entrada Hayedo de Santa Cruz del Valle Urbión).


Salimos de la campa de Zarcia incorporándonos a la pista por la que hemos venido y continuamos por ella valle arriba. En este primer tramo, seguimos el curso del joven río Urbión. En apenas diez minutos de marcha, un panel informativo nos indica que debemos salir por la derecha para entrar en el barranco de Abanza.

Caminamos por un sendero junto al arroyo Abanza.
Pronto el camino penetra en las partes más sombrías del barranco, siguiendo las aguas del arroyo Abanza que baja cantarín de las laderas del San Millán.


El camino discurre junto al arroyo, podemos caminar por él algo más de un kilómetro, barranco arriba. Al igual que otros barrancos de la vertiente septentrional de la Demanda, encontramos también aquí un magnífico hayedo, que proporciona sombra y frescura a la caminata. Poco a poco, según nos adentramos, vamos ascendiendo y el barranco se va estrechando. Tenemos que saltar incluso entre algunas piedras para poder progresar. Llegados a un punto, se hace imposible continuar la marcha. Las paredes del cauce del arroyo caen en vertical sobre las aguas y a menos que nos sumerjamos en la corriente, no podemos avanzar más.

No queda más remedio entonces que replantearse la situación. O retornamos por el mismo sitio que hemos venido o nos arriesgamos ... y ascendemos por la poblada y salvaje ladera que tenemos a nuestra mano derecha. Comprobamos en los mapas que hay caminos por la parte superior y el objetivo es llegar a él para continuar hacia el nacimiento del arroyo.
Nos lanzamos a la aventura de superar la el talud. Hay mucha vegetación y bastante pendiente, por lo que cubrimos metros salteando entre las marorrales, buscando pasos que nos permitan ganar altura.
Poco a poco, con dificultades, superamos las rampas más empinadas y nos incorporamos, con alivio, a un bosquete de pinos ya en la parte superior sobre terreno mas abierto y llano.
Pero arriba las dificultades aún no se han terminado. Aunque hemos conseguido subir del cauce del arroyo, el bosque está absolutamente atestado de helechos que nos hacen muy difícil la marcha. No queda más remedio que abrirse paso entre ellos sin ver donde pisamos. Extremamos la precaución.

Subimos por un canchal desde el fondo del barranco hacia las alturas.
Seguimos por lo que fue un camino y así marca nuestro GPS, abriéndonos paso entre la espesura.

El fondo del barranco y el arroyo está oculto debido a la frondosa vegetación.

Buscamos la pista que sabemos que recorre el barranco y se halla a unos metros a nuestra izquierda, pero nos cuesta avanzar.

Bella vista de la ladera del San Millán.
Por fin, llegamos a esta pista. Éste viene desde Santa Cruz del Valle Urbión y recorre todo el interior del barranco, llegando hasta su cabecera. Con mucho alivio, nos incorporamos a ella y continuamos ya más relajados y disfrutando ya de la caminata por estos apartados parajes.

Nos incorporamos por el camino que se adentra en el barranco y viene de Santa Cruz.
El camino discurre bajo techo vegetal: hayas, robles, fresnos nos acompañan. El silencio y la quietud dominan este rincón. Las aguas del naciente Abanza discurren sonoras abajo a nuestra izquierda aunque no podemos llegar a verlas por la vegetación.

Cabecera del barranco de Abanza y nacedero del arroyo.
Llegamos al fondo del barranco. Estamos a mediados del verano y el caudal del arroyo Abanza es muy exiguo. Pasamos su cauce y continuamos por la margen contraria del barranco.



En poco, llegamos al pago de la Majada Gárrula, unas extensas praderas, cubiertas de hierba, donde se halla la cabaña del mismo nombre. Nos salimos de la pista a la derecha.
Hacia el norte, tenemos la empinada ladera que asciende hacia la misma cumbre del San Millán. Hacia el sur disfrutamos de extraordinarias panorámicas de la Sierra de la Demanda, con los picos Aguílez y Remendia dominando el valle.

Ya vemos la cabaña de la majada Gárrula a un lado del camino.
Cabaña.
Desde aquí, bien pudiéramos descender hacia el barranco de Altuzarra, donde se hallan las cascadas, pero las dejamos para otro día. Retornamos al camino que traíamos siguiendo la parte alta del barranco y emprendemos ya el descenso.

Panorámica de la ladera norte de la Sierra de la Demanda que sube hacia el San Millán.
La majada Gárrula, en la ladera del San Millán.
El sendero se estrecha y caminamos entre los pinos, descendiendo rápido de nuevo hacia el lecho del arroyo. No hay pérdida alguna. Tras llegar al fondo, cruzamos un puentecito y continuamos por la otra orilla, ya por el mismo camino que trajimos en la ida.
Retornamos a la pista y por ella emprendemos el regreso.

Magníficas panorámicas de la Demanda desde la majada.
Un poco más adelante, desembocamos en la pista que recorre el valle de norte a sur. En diez minutos, llegamos al refugio Zarcia donde habíamos dejado el coche.


Cruzamos el arroyo de Abanza antes de abandonar el barranco del mismo nombre.

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BARRANCO DE ABANZA
Dificultad
Media. El remonte desde el arroyo se produce por terreno muy difícil. No hay señalización en todo el recorrido. No recomendable en verano con mucha vegetación.
Ciclable
No.
Circular
Sí.
Orientación
Difícil, no hay señalización y muchos desvíos.
Época recomendable
Todo el año, aunque atención la ascensión desde el arroyo en invierno con nieve y caudal de agua elevado.
Inicio
Refugio Zarcia (Santa Cruz del Valle Urbión).
Distancia de Burgos
47,8 kilómetros.
Tiempo total
3 horas 30 minutos.
Distancia total
9,2 kilómetros.
Interés
Barranco y arroyo de alto montaña de Abanza, bosque de Abanza, cabaña en la Majada Gárrula, panorámicas sobre la sierra.
Altitud mínima
1036 m.
Altitud máxima
1505 m.
Mapas
1:50000: 0239 Pradoluengo.
1:25000: 0239-2 Pradoluengo.
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Notas:
- Excursión difícil en cuanto hay que remontar una empinada ladera con abundante vegetación desde el fondo del barranco hasta el camino que recorre la parte superior. Evitar si no se lleva un GPS y está habituado a caminar por terreno agreste.
- El recorrido puede combinarse con una visita a las cascadas de Altuzarra, ya que parte del recorrido coincide.
- En Pradoluengo, muy cerca de Santa Cruz del Valle Urbión, podemos comer y beber.


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