Dentro del Parque Natural del Lago de Sanabria, visitamos uno de sus lugares más emblemáticos, el Cañón del río Tera. Partiendo del pueblo de Ribadelago Viejo, en la provincia de Zamora, ascendemos por el lecho rocoso del río, testigo hoy de la lengua glaciar que se desarrollaba desde la Peña Trevinca hasta el entorno de lo que es hoy el lago de Sanabria.
Cañón del Tera
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Partiremos del aparcamiento que se halla justo a la entrada del río Tera, en Ribadelago Viejo, junto al campo de fútbol. Desde aquí, no hay pérdida alguna, iremos remontando siguiendo la orilla y ascendiendo permanentemente corriente arriba. Nuestro destino final es el paraje de la Cueva de San Martín, preciosa laguna de alta montaña encuadrada en un espectacular paraje entre montañas.
Salimos de Ribadelago Viejo (Zamora).
El punto de partida es un aparcamiento al otro lado del río Tera.
La pista pronto sale del área de aparcamiento penetrando en un camino arbolado que sigue la orilla del río. En unos trescientos metros, cruzamos lo cruzamos por nuestra izquierda y continuamos por un pedregal, siguiendo siempre las marcas de señalización.
El camino, bien marcado y estable, poco a poco, va iniciando una suave subida, remontando los primeros obstáculos rocosos, que ya nos acompañarán hasta el extremo final de la excursión.
Poco a poco nos vamos introduciendo en lo más angosto del cañón.
Todo el recorrido será un continua superación a través de las rocas que siembran todo el recorrido del río Tera. No son más que los restos morrénicos de la espectacular lengua glaciar que descendía desde el gran valle glaciar a los pies de la Peña Trevinca, hasta su desagüe en el hoy formado lago de Sanabria.
Poco a poco, vamos avanzando y superando pacientemente los sucesivos escalones y graderíos rocosos que nos salen al paso. Si miramos atrás, vamos divisando el lago atrás abajo en la lejanía.
El valle y el lago de Sanabria, van quedando atrás.
Una hora y cuarenta minutos de haber iniciado la marcha desde Ribadelago, llegaremos el primer hito destacado de este recorrido: el Pozo de las Ninfas. Se trata de un pequeña laguna de montaña ubicada en un encantador paraje, a la sombra de una gran pared rocosa.
El Pozo de las Ninfas.
Buen sitio para descansar en su orilla o incluso bañarse, ya que es sencillo su acceso. Continuamos.
Poza.
En algunos tramos, debemos de caminar con precaución. El sendero continua a través de estrechos pasadizos entre los bloques de piedra. Sin embargo en ningún caso podemos catalogar de peligroso el recorrido.
Poco a poco vamos dejando la vista del valle definitivamente atrás y nos introducimos en el corazón del cañón. Sus paredes se van estrechando y el río circula cada vez más encajonado.
Hay puntos en que debemos estar atentos en encontrar la señal correcta para poder continuar.
Cruzamos el río Tera.
Descendemos hacia el río y lo cruzamos de nuevo por la derecha (no sin cierta precaución ya que el caudal es fuerte) y continuamos por la margen izquierda, que ya no dejaremos hasta nuestro destino final.
Esta margen se presenta aún más escarpada. En su inicio, podemos contemplar una magnífica cascada a mano izquierda.
Cascadas.
Seguimos zigzagueando remontando el lecho del río, superando los tramos más angostos, que nos obligan ascender por estrechos pasillos con fuerte pendiente pero de poco desnivel.
Son los tramos más bellos y panorámicos. Sobre ambas orillas, conseguimos bonitas fotos abriéndose paso por el roquedo. Son muchas las pozas y marmitas de gigante que va formando. Debemos andar con cuidado en tomar la dirección correcta en todo momento, a veces algo confusa, aunque en líneas generales, no hay pérdida posible.
Ya estamos cerca de nuestro destino final, la Cueva de San Martín.
Poco a poco, vamos dejando las partes más angostas del cañón y el barranco se abre de nuevo. El río Tera se remansa y el camino sigue paralelo a la orilla por el interior de un bosque de ribera, que tras los esfuerzos pasados, nos parece cómodo.
Por fin, llegaremos al fin del valle, que se abre sobre el paraje conocido como Cueva de San Martín, un extraordinario enclave natural donde el río Tera ha formado una bonita laguna de alta montaña. El lugar es magnífico, rodeado de escarpadas montañas. El río desagüa en una bonita cascada sobre la laguna. Perfecto lugar para parar, descansar y pasar el rato junto a la orilla. Por el lado izquierdo de la laguna, hay dos puentes que podemos cruzar y obtener otras panorámicas sobre la laguna.
Paraje de la Cueva de San Martín.
Aunque nos parezca que no hay salida, es posible continuar siguiendo río arriba (la senda que sigue junto a la cascada es apenas perceptible).
También es posible realizar una ruta circular y dirigirnos desde aquí hasta el pueblo de San Martín del Castañar, ubicado sobre la orilla norte del lago de Sanabria. Para esta desarrollar esta última opción, debiéramos haber dejado un segundo coche de apoyo en esta localidad. Nosotros volveremos por el mismo itinerario que hemos traído. Durante el retorno, aún disfrutamos de nuevas y atractivas vistas sobre el valle, inadvertidas subiendo en sentido contrario.
Ribadelago-Cueva de San Martín: 2 horas 20 minutos: Cueva de San Martín-Ribadelago: 2 horas 10 minutos.
Distancia total
12 kilómetros.
Interés
Cañón del Tera, Cueva de San Martín, pozas y lagunas de montaña.
Altitud mínima
935 m.
Altitud máxima
1348 m.
Desnivel acumulado
457 m.
Mapas
1:50000: 0267 Puebla de Sanabria. 1:25000: 0267-1 San Martín de Castañeda.
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hNotas:
- El recorrido no es técnicamente demasiado complejo, hay que caminar con precaución poniendo cuidado en donde pisamos. - Aunque la orientación es sencilla, ya que está señalizado en su totalidad,. es importante seguir las indicaciones para no meterse en zonas complicadas. - El lago de Sanabria se halla muy cerca. Si estamos en verano, es una buena idea darse un baño tras hacer el recorrido del cañón. - Si pasamos más tiempo en la comarca de Sanabria, es altamente recomendable ascender a la Peña Trevinca, montaña icónica del interior de España, máxima cima de Zamora, Orense y toda Galicia.
Ribadelago: monumento a las víctimas por la rotura de la presa de Vega de Tera (9 de enero de 1959)
La comarca de Sanabria, en Zamora, es conocida por albergar el mayor lago de agua dulce de España. Pero dentro del parque natural, se encuentra todo un gran sistema montañoso con amplios valles glaciares que han modelado el perfil de sus montañas. Ascendemos a su montaña más emblemática: la Peña Trevinca. De altitud relativamente modesta, 2127 metros, es no obstante la mayor cumbre no solo de la provincia de Zamora, sino de toda Galicia, al compartir su cima con la vecina Orense. Su ascensión desde el lado zamorano exige una larga pero interesante aproximación.
Peña Trevinca
f La Peña Trevinca, montaña icónica del NO. de España, es como se ha dicho, la máxima cumbre de Zamora y de toda Galicia. Desde el lado zamorano, en pleno Parque Natural del Lago de Sanabria, la ruta más habitual será partir desdela laguna de los Peces. La excursión requiere una larga aproximación ya que hay que superar primero el Alto de la Ventosa para llegar al embalse de Vega del Conde y continuar por el espectacular valle glacial del río Tera. A medio camino, se levanta el refugio de la Agrupación Montañera Zamorana. El recorrido completo de ida y vuelta desde la laguna de los Peces asciende a unos 23 kilómetros que podemos cubrir en algo más de ocho horas.
Puebla de Sanabria es la localidad más importante de la comarca. Partiendo de ella llegaremos a la laguna de los Peces en unos 25 minutos. Para ello hay que tomar la carretera que sube al lago de Sanabria y tomar la carretera que por su lado NO. remonta la montaña hacia la laguna. Por el camino pasaremos por la bonita localidad de San Martín de Castañeda, donde se ubica la casa del parque del Parque Natural del Lago de Sanabria.
Iniciamos la excursión en el entorno de la laguna de los Peces.
Llegamos temprano al aparcamiento habilitado al efecto junto a la laguna de los Peces, ubicado ya a 1695 metros de altura y emprendemos la marcha. El plan es hacer una ruta circular. Salimos del aparcamiento por una amplia pista señalizada. En apenas doscientos metros, se bifurca, continuamos por la izquierda. Este camino cruza el arroyo de los Covadosos y una acequia para iniciar enseguida el ascenso por una amplia pista que sube hacia el collado de la Ventosa.
Tras superar las primeras rampas, avanzamos por el páramo, desarbolado, donde encontramos algunas lagunas con agua, pese a lo avanzado del verano. Pasamos el Alto de la Ventosa. Seguimos por el camino, hasta aquí bien marcado, para en poco, iniciar el descenso hacia el valle del Tera, siguiendo una senda más tenue en la que hay que estar atentos para no perder su traza.
El día está nublado y aún no vislumbramos el embalse ni tampoco el amplio valle del río Tera hasta que descendemos lo suficiente. La cumbre, aún no es vista y tardaremos en verla aún.
El embalse de Vega del Conde.
Iniciamos el descenso. A ratos, perdemos la traza y avanzamos entre los piornales únicamente guiados por el track de la ruta que hemos cargado en nuestro GPS.
El terreno en algunos puntos es algo incómodo, y tenemos que atravesar algunas manchas de matojos y matorral bajo, pero siempre salimos y encontramos salida. Sin la ayuda del GPS es complicado avanzar en este descenso y por el lado que hemos elegido. Llegamos por fin a la orilla del río, no lejos de las aguas del embalse. Caminamos junto a ella.
Llegamos a la orilla del río Tera.
Algo más de dos horas de haber partido del aparcamiento, llegamos al refugio de la Agrupación Montañera Zamorana, que encontramos cerrado. Podemos decir que estamos en el punto medio de la travesía hasta la Peña Trevinca. El día despeja y frente a nosotros, por fin, visualizamos ya la cima de la peña al fondo del valle del Tera, que nos disponemos a recorrer y tenemos delante. El espectáculo visual del fondo glaciar es impactante.
Llegamos al refugio de la Agrupación Montañera Zamorana.
Tras descansar, continuamos. Cogemos el camino que desde el mismo refugio parte señalizado. En poco, atravesamos por un puente el río Tera, muy exiguo, y avanzamos valle arriba por su margen dejando el río a nuestra derecha. El firme del sendero está en general en buen estado, aunque en algunos puntos tenemos que sortear algunas manchas de barro y humedales.
Poco a poco, la figura piramidal de la Peña Trevinca, frente a nosotros, se va haciendo mayor, a medida que nos acercamos.
Cerca ya de la ladera, encontramos vacas pastando en estos tranquilos y solitarios parajes.
Llegamos a la base de la Peña Trevinca.
Iniciamos el ascenso final subiendo por la ladera sur de la peña. Debemos superar 450 metros de desnivel en apenas un kilómetro. Es importante seguir la traza del sendero, a veces semioculto entre los piornos. En líneas generales la ladera se presenta practicable y aunque nos salgamos del camino, la subida no tiene pérdida.
Tras remontar el primer tramo, llegamos a un primer espolón rocoso desde el cual, ya por terreno más limpio, emprendemos el remonte definitivo a la cima.
Durante el último tramo hasta la cumbre, la pendiente se agudiza y en algunos pasos debemos realizar pequeñas trepadas por el roquedo, todas muy sencillas. En ningún caso hay peligro ni se presenta patio por ningún lado. Sí es de esperar que en invierno este último tramo requiera el uso de crampones por el hielo.
Último tramo hasta la cima.
Un último esfuerzo y llegamos a la cima de la Peña Trevinca (2127 metros). Cumbre señera del SE. de España, techo de Zamora y toda Galicia, pues estamos en la línea que la separa de la vecina Orense. Esta alejada montaña es una de las de mayor prominencia de la península y por consiguiente las vistas que se disfruta desde aquí abarcan un gran área.
Hacia el norte, se despliega a nuestros pies el amplio valle glaciar, de perfil en U, por el cual hemos accedido a esta montaña. Hacia el SO. visualizamos el amplio anfiteatro rocoso que da nacimiento al río Tera. Hacia el NE., la Sierra de la Cabrera continua en las cimas de Peña Negra y Peña Survía, de altitud similar a la que estamos. Hacia el norte se desarrollan los valles que se desparraman ya por la provincia de Orense, sin pueblos cercanos a la vista.
Vista hacia el sur. Es muy evidente el amplio valle en U.
Video desde la cima de Peña Trevinca
Panorámica hacia el norte sobre el lado orensano.
Tras descansar, comer algo, charlar con otros montañeros (pocos son los que se acercan dada la lejanía de esta montaña), iniciamos el retorno. El plan es volver hasta el refugio por el mismo itinerario que hemos traído para desde allí continuar siguiendo el valle del arroyo Riopedro para subir al páramo de nuevo antes de bajar a la laguna de los Peces. Bajamos de la peña y seguimos por el valle.
Enormes piedras, vestigios de las morrenas del antiguo glaciar, jalonan el sendero por el que caminamos.
Durante el retorno, descubrimos otras vistas y panorámicas que nos pasaron inadvertidas en la ida. Hacia atrás, la silueta de la peña se va haciendo cada vez más pequeña, resaltando sobre el valle.
El recorrido hasta el refugio es mucho más rápido que en la ida, llegamos en algo menos de hora y media desde la cumbre.
Una vez en el refugio, iniciamos la variante para volver al aparcamiento. Allí mismo, el camino que traíamos inicia un ascenso rápido desde el valle, dirigiéndose hacia el barranco del arroyo Riopedros.
Sendero que asciende de nuevo al páramo.
Durante esta subida, obtenemos buenas vistas y fotos del valle que vamos dejando atrás.
Tras remontar un primer tramo del arroyo, el camino gira noventa grados a la derecha (atención en este punto para no despistarse...) y continua remontando, con fuerte pendiente, la ladera en su recorrido hacia el páramo.
Última vista de la Peña Trevinca antes de acceder al páramo.
Tras llegar al llano, nos despedimos ya de las últimas vistas del Valle del Tera y la Peña Trevinca, para continuar por una amplia y cómoda pista, camino del aparcamiento junto a la laguna de los Peces.
Largo camino por el páramo de regreso a la laguna de la Peces.
Pero aún nos quedan unos cinco kilómetros, totalmente llanos. Tras los grandes desniveles que hemos superado, nos relajamos en este último tramo.
De nuevo el páramo se presenta desolado, con algunas lagunas en las zonas hondas.
Por fin, tras casi ocho horas de marcha, llegamos al borde sur del páramo e iniciamos, ya a la vista del aparcamiento y de la laguna, el descenso final, suave.
Casi nueve horas después, llegamos cansados, pero satisfechos por la magnífica excursión realizada, al aparcamiento junto a la laguna de los peces. Encontramos muchos más coches de los que había a primera hora de la mañana.
Continuamos la visita a esta preciosa comarca visitando el centro de interpretación del Parque Natural del Lago de Sanabria, ubicado en el cercano pueblo de San Martín de Castañeda.
PEÑA TREVINCA
Espacio natural
Parque Natural del Lago de Sanabria.
Dificultad
Alta, es un largo recorrido con un gran desnivel acumulado.
Tipo de camino
Senderos y pistas de montaña.
Ciclable
En general sí.
Agua potable
Encontramos en el río Tera, aunque no se recomienda beber por haber ganado pastando.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
En general sencilla, aunque atención en los caminos y desvíos en el Alto de la Ventosa.
Época recomendable
Verano. En invierno con nieve,puede ser inviable ir y volver en un día. La ascensión final a la cima de la Peña Trevinca puede requerir equipo de ascensión en hielo.
Inicio
Lago de los Peces (San Martín de Castañeda, Zamora).
Aparcamiento-Collado de la Ventosa: 30 minutos; Collado de la Venosa-Refugio: 1 hora 30 minutos; Refugio-Cima Peña Trevinca: 2 horas 20 minutos: Cima Peña Trevinca-Refugio: 1 hora 35 minutos; Refugio-Aparcamiento: 1 hora 55 minutos.
Distancia total
24,5 kilómetros.
Interés
Peña Trevinca, valle y lagunas glaciares del río Tera, Lago de Sanabria.
Altitud mínima
1588 m.
Altitud máxima
2012 m.
Desnivel acumulado
1093 m.
Mapas
1:50000: 0229 La Baña. 1:25000: 0229-3 Peña Trevinca.
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Notas: - La excursión es larga y debemos prestar atención a las horas de luz, así que es recomendable iniciarla temprano por la mañana. También podemos plantearnos pasar una noche en el refugio que se halla junto al embalse de Vega de Conde, abierto y bien cuidado. - En invierno, aparte de las pocas horas de luz, hay que prever nieve y hielo en el último tramo hacia la cima. - Como alternativa, también se puede visitar la vecina Peña Survía subiendo también por el Valle de Tera pero volviendo a la laguna de los Peces cresteando por le Sierra de la Cabrera, continuación de la Segundera, donde se halla la Segundera.
Peña Negra y Survía.
- Desde la vertiente gallega también es posible ascender a la Peña Trevinca. La ruta más habitual parte del pueblo orensano de Porto y remonta el río Bibei. - Por supuesto hay que recorrer las orillas del Lago de Sanabria, imprescindible.
- También hay que visitar los pueblos de la zona, entre los que sobresale San Martín de Castañeda y Puebla de Sanabria, la capital de la comarca.