Monte Hijedo

Excursión otoñal por uno de los bosques mejor conservados de la provincia de Burgos y también de la Cordillera Cantábrica: el Monte Hijedo. Partiendo del área de aparcamiento, pasamos junto a las Cabañas de Hijedo y recorremos su interior descubriendo muchas especies caducifolias (las reinas del otoño) y también perennes, como los tejos y los acebos. Todo el trayecto es sencillo, agradable y muy interesante.

Monte Hijedof

El Monte Hijedo es una gran masa forestal compartida entre las provincias de Burgos y Cantabria. Si iniciamos la ruta desde el lado burgalés, debemos acceder a la localidad de Santa Gadea de Alfoz, en el extremo NO. de la provincia. Para ello, saldremos por la N-623 hasta Cilleruelo de Bezana, donde nos desviamos por la izquierda hacia Santa Gadea de Alfoz. Antes de llegar a esta bonita localidad, nos desviamos por un vial asfaltado que nos lleva hasta el aparcamiento habilitado justo a la entrada de la pista que se dirige a las Cabañas de Hijedo.

Pista de grava que se dirige a las Cabañas de Hijedo.

Iniciamos la excursión caminando por una muy amplia pista que se dirige hacia el sur por terreno llano. Desde aquí, podemos ver hacia el norte la muralla montañosa que cierra el valle del Ebro por esa vertiente. 

Nieblas matutinas en el el embalse del Ebro.

En unos veinte minutos, alcanzamos una gran campa donde se hallan las famosas Cabañas de Hijedo. Se trata de un bellísimo conjunto de edificaciones, edificadas por un indiano, donde encontramos un palacio con dos torres, cuadras, corrales y una capilla particular o ermita dedicada a la Sagrada Familia. Todo el conjunto fue construido entre los años 1910 y 1925 por un indiano, al parecer sobre restos de edificaciones anteriores. Hoy sigue siendo utilizada como granja y es propiedad privada, por lo que no se puede visitar su interior. Desde la pista por la que llegamos, podemos observar bien todo el conjunto. Aquí comienza propiamente el recorrido por el interior del bosque.

Las Cabañas de Hijedo.

Continuamos bordeando el cercado de la finca hasta unos metros más adelante llegar a un cruce señalizando informándonos que entramos en el monte. Siguiendo las indicaciones, opotamos por seguir por la derecha. Penetramos rápidamente en el interior del bosque.

Sendero de descenso hacia el arroyo Hijedo.

En un primer momento, el sendero se abre paso siguiendo un estrecho pasillo entre los árboles, siempre viable, que poco a poco inicia un descenso hacia el vallejo formado por el arroyo Hijedo. El camino gira noventa grados a nuestra izquierda y continua perdiendo altura hacia el fondo del valle.

Numerosas especies arbóreas nos acompañan en todo momento.

El otoño está muy avanzado y encontramos el lecho del camino cubierto con un espeso manto de hojas, principalmente de roble albar, hayas y otras especies. Son muchas más las que vamos a ver, como alisos, abedules, avellanos, fresnos, nogales, y como veremos más adelante, las joyas del bosque por su rareza: los acebos y tejos.

Alcanzamos el arroyo Hijedo.

Alcanzamos el lecho del arroyo de Hijedo, justo en un cruce de caminos. Torcemos hacia nuestra izquierda, cruzamos un puentecito de madera y seguimos por un marcado camino siguiendo el curso de agua.

Enseguida, aparecen los tejos, diseminados, en ambas orillas. Podemos contemplar buenos ejemplares de más de 800 años afianzados sobre el roquedo que cubre las laderas.

Los tejos aparecen a ambos lados del camino.

El sendero se dirige hacia el norte, es amplio y cómodo y en todo momento discurre paralelo al curso de agua.

En unos 30 minutos por el interior del valle, saldremos del bosque a un espacio abierto, al fondo del cual se halla un conjunto de roquedos denominado Peña Rota.

Saliendo del bosque por la parte norte.

El camino se incorpora a una gran pista que viene desde la carretera y gira 180 grados. Subimos poco a poco de nivel por él entre ganado paciendo.

Dejamos el valle del arroyo Hijedo atrás.

Estamos en el punto más alejado del recorrido. Es buen sitio para parar, descansar y comer algo disfrutando del paraje donde nos encontramos.

Roquedos de Peña Rota.

Continuamos. Penetramos de nuevo en el bosque y nos dirigimos en dirección sur, desandando en esta dirección lo recorrido por el fondo del arroyo unos minutos antes, pero ahora  pero ahora unos quinientos metros más al este y una altura superior. En esta parte del bosque, encontramos muchos acebos, de hecho, atravesamos un enorme acebal que nos acompaña durante casi un klómetros.

Entramos de nuevo en el bosque.

El camino se estrecha en muchos puntos y va dejando a la derecha algunos pequeños arroyos y barrancos rocosos que sobrepasamos sin dificultad. En todo momento hay señalización y no hay posibilidad de extravío.

Caminamos por el interior de un inmenso acebal.

No tenemos ningún problema para caminar y disfrutar del entorno.

Poco a poco nos vamos acercando de nuevo a las Cabañas de Hijedo. En este último tramo anterior a llegar a la campa, encontramos más ejemplares de tejo, estos incluso de mayor tamaño que los que vimos junto al arroyo.

Llaman la atención las formas caprichosas de sus troncos, muestra de la larga vida que tiene estos árboles. Algunos parecen haber brotado de la misma roca.

A punto de alcanzar el llano donde se encuentran las cabañas, nos asomamos a un mirador a nuestra izquierda, con buenas vistas sobre una gran parte del Monte Hijedo. Se alcanza a ver gran parte del bosque a caballo de las dos provincias de Burgos y Cantabria.

Vista desde el mirador.

Antes de llegar a las cabañas, encontramos algunas cabras de gruesa y larga cornamenta que nos miran con atención.

Una vez en las cabañas, solo tenemos que continuar por la amplia pista por la que vinimos para volver al aparcamiento.

Terminamos esta magnífica excursión por uno de los bosques mejor conservados y más variados tanto de Burgos-Cantabria como de la Cordillera Cantábrica.

MONTE HIJEDO
Espacio natural	Monte Hijedo.
Dificultad	Baja.
Tipo de camino	Senderos y pistas forestales.
Ciclable	Sí, aunque no se recomienda al haber tramos estrechos con vegetación cerrada.
Agua potable	Encontramos en los arroyos que vamos encontrando.
Tipo de marcha	Circular.
Orientación	Fácil. Está bien señalizado.
Época recomendable	Otoño.
Inicio	Área de aparcamiento cerca de Santa Gadea de Alfoz.
Distancia de Burgos	96,9 kilómetros
Tiempo total	Unas 3 horas.
Tiempos de marcha	Aparcamiento-Cabañas de Hijedo: 20 minutos; Cabañas de Hijedo-Peña Rota: 1 hora 5 minutos; Peña Rota.Aparcamiento: 1 hora 10 minutos.
Distancia total	11,6 kilómetros.
Interés	Bosques caducifolios (donde destacan las hayas, tejos y acebos), cabañas de Hijedo, paisajes.
Altitud mínima	864 m.
Altitud máxima	1064 m.
Desnivel acumulado	427 m.

h

Notas:
- La excursión es sencilla, está bien señalizada. Podemos calificarla de un gran paseo por un gran jardín arbóreo donde veremos muchas especies.

- Las cabañas de Hijedo es una propiedad privada, hoy granja agropecuaria, donde no podemos entrar.

- Podemos completar la excursión a esta alejada zona de Burgos visitando, entre otros, los pueblos de Santa Gadea del Alfoz y el también muy interesante Arija, junto al gran embalse del Ebro.

Arija

Santa Gadea de Alfoz

Mapa topográfico

Perfil de elevación

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Sierra de Guadarrama: La Pedriza de Manzanares

La Pedriza de Manzanares es un singular espacio natural ubicado en la cara sur de la Sierra de Guadarrama. De composición granítica, es una verdadera ciudad encantada. Multitud de senderos, muchos de ellos laberínticos, recorren todos sus rincones. En esta excursión, a modo de iniciación, visitaremos las laderas del Yelmo, su cumbre más icónica, accediendo primero al histórico refugio Giner de los Ríos y ver el Tolmo. La ruta parte de la localidad serrana madrileña de Manzanares el Real.

La Pedriza de Manzanares de

 

El punto de salida natural para visitar la Pedriza es la localidad madrileña de Manzanares. Accederemos en un primer trayecto por la A1, tanto si partimos desde Madrid como de Burgos.

Ubicación de la Pedriza dentro de la Sierra de Guadarrama

Una vez en el pueblo, debemos atravesarlo hasta su parte oeste donde se halla el acceso por carretera a Canto Cochino, punto de salida habitual para casi todas las excursiones.

El acceso a Canto Cochino es muy restringido y se llena pronto, cerrándose la barrera de acceso. Si no madrugamos mucho, debemos aparcar el coche en el parking habilitado junto al centro de interpretación.

Subiendo por la senda de Quebrantaherraduras.

Una vez estacionado el coche, no nos queda más remedio que acceder a Canto Cochino caminando por la antigua senda de Quebrantaherraduras, que sigue paralela a la carretera. Son casi 4 kilómetros extra pero bastante llevaderos, pues transcurre siempre entre pinos y la pendiente no es nunca excesiva. En poco menos de una hora, alcanzamos el área de Canto Cochino, punto base para multitud de excursiones por la Pedriza.

Cerca de Canto Cochino.

Durante el ascenso por el camino, nos hemos ido empapando del particular paisaje pétreo que conforma la Pedriza.

El Yelmo visto desde las inmediaciones de Canto Cochino.

El área de Canto Cochino se halla  sobre una explanada al norte del Yelmo y es punto final para la carretera. Multitud de coches están estacionados y hay un bar.

El plan es entonces visitar el entorno inferior de la Pedriza llegando en un primer momento hasta el Tolmo. Desde allí, retornaremos para ascender por la ladera SO-S del Yelmo, dejando abierta la decisión de atacar la cima de esta magnífica montaña..

Sendero hacia el refugio Giner de los Ríos.

Es importante reseñar que todo el espacio de la Pedriza carece prácticamente de señalización por lo que, más que nunca, es importante llevar un GPS. Hay muchos senderistas, pero aún así, podemos dudar en muchos cruces y extraviarnos y perder tiempo en recuperar el sendero correcto.

Para salir desde Canto Cochino hacia el refugio Giner de los Ríos, tenemos que salir en un primer momento por la carretera, que abandonamos y tras cruzar el arroyo de la Majadilla, alcanzamos su orilla. Una vez en él, avanzamos valle arriba, manteniendo siempre el cauce a nuestra derecha. Todo el camino es un bonito y cómodo sendero entre pinos sin ninguna dificultad.

A la derecha, al otro lado del arroyo, visualizamos la impresionantes laderas del Yelmo que caen a pico y nos hacen una idea de la magnitud de esta montaña. En algo menos de media hora desde Canto Cochino, debemos abandonar el camino por la derecha para cruzar el arroyo por un puentecito. Tras él, unos metros elevados sobre el lecho del río, vemos el refugio Giner de los Ríos, que alcanzamos con facilidad. Es una sencilla edificación construida sobre una terraza de la ladera norte del Yelmo y asomada sobre el arroyo. Está en servicio. No encontramos demasiados alberguistas.

Refugio Giner de los Ríos

Buen punto para parar, descansar algo y recrearnos con el paisaje de la Pedriza Alta que visualizamos desde aquí.

Dese el refugio hasta el paraje del Tolmo hay apenas 400 metros. Debemos continuar entonces siguiendo una estrecha senda manteniendo altura. El Tolmo es un gran bolo granítico de 18 metros de altura y unas 500 toneladas de peso. Se halla en un pequeño llano a los pies del Yelmo. Hacia el norte tenemos magníficas vistas sobre el Circo de la Pedriza. Buen lugar para descansar y comer algo tras la larga distancia recorrida desde el aparcamiento.

El Tolmo.

Podríamos continuar hasta el Collado de la Dehesilla y desde allí atacar la cima del Yelmo,  pero lo desestimamos ya que nuestro plan inicial es subir hasta el collado del Yelmo desde Canto Cochino.

Así que retrocedemos por el mismo camino hasta Canto Cochino, cruzamos de nuevo el arroyo de la Majadilla por un puente para emprender la ascensión por un estrecho sendero que sube por el barranco de los Huertos. Gana altura rápidamente y zigzaguea entre los bolos rocosos abriéndose paso entre la vegetación en algunos tramos.

El recorrido es largo aunque no demasiado empinado y las vistas que se van ganando si miramos atrás son inmejorables.

A medida que ganamos altura, disfrutamos de maravillosa vistas sobre la Pedriza y la cercana Sierra de los Porrones. En algo menos de una hora, alcanzamos la Gran Cañada, una gran pasillo herboso que recorre la cara sur de la Pedriza Anterior, coronada por el Yelmo.

Por este pasillo herboso, ubicado a unos 1300 metros, progresamos de oeste a este, siguiendo el PR-M1. El recorrido es cómodo sin dificultades. 

A la izquierda las abruptas  laderas sur del Yelmo se presentan inaccesibles.

El camino hasta el Collado del Yelmo, punto de acceso a la cumbre, es largo pero caminamos con comodidad, admirando las caprichosas formas que forman los bolos rocosos que vamos dejando a ambos lados de la cañada.

Alcanzamos por fin el Collado del Yelmo. Es punto de si ascendemos directamente desde Manzanares el Real hasta la cumbre. Las casas del pueblo y el pantano de Santillana detrás son visibles mirando hacia el sur.

La Gran Cañada.

Estamos tentados a ascender hasta la cima desde aquí. Pero el desnivel que tenemos que superar, de algo más de 400 metros por terreno muy abrupto, sumado al castigo que ya llevamos en nuestras piernas, nos hace desestimar esta opción y dejamos la visita a esta cumbre para una posterior visita.

Collado del Yelmo.

Emprendemos el descenso hacia Manzanares desde el collado. El sendero es sencillo, fácil de seguir, aunque en algunos tramos algo empinado ya que tiene que superar grandes obstáculos rocosos. De cualquier modo la bajada es bastante rápida.

Descendiendo hacia Manzanares el Real desde el Collado del Yelmo.

Poco a poco vamos acercándonos a las primeras casas pueblo, entrando en sus calles más septentrionales.

Una vez en las calles de Manzanares, aún nos queda callejear para llegar hasta el aparcamiento del Centro de Interpretación, ubicado en el extremo oeste del pueblo.

Este recorrido por las calles no es despreciable, debemos aún caminar más de tres kilómetros y medio por el asfalto, para lo cual invertimos tres cuartos de ahora suplementarios.

El pueblo de Manzanares y el Yelmo de fondo.

LA PEDRIZA DE MANZANARES
Espacio natural	La Pedriza de Manzanares.
Dificultad	Medio-alta. Aunque técnicamente no hay excesivas dificultades, sí debemos extremar la atención en la orientación. El terreno es duro y abrupto siempre por lo que hay que llevar buen calzado y caminar con precaución sobre todo en las bajadas.
Tipo de camino	Senderos de montaña.
Ciclable	Podemos subir en bicicleta hasta Canto Cochino y así evitamos la caminata de casi 4 kilómetros por la senda de Quebrantahuesos.  El resto no es ciclable.
Agua potable	Encontraremos en el arroyo de la Majadilla y por supuesto en Canto Cochino donde hay bar.
Tipo de marcha	Circular.
Orientación	La señalización es prácticamente inexistente. Llevar GPS sobre todo si no se conoce la zona.
Época recomendable	Todo el año. Atención al invierno en que puede haber nieve y la roca puede estar resbaladiza.
Inicio	Manzanares el Real (Madrid).
Distancia de Burgos	Burgos: 217 kilómetros; Madrid: 50,8 kilómetros.
Tiempo total	Unas 6 horas y media (incluyendo largas paradas en el Tolmo y el Collado del Yelmo).
Tiempos de marcha	Centro de Interpretación-Canto Cochino: 50 minutos; Canto Cochino-Refugio  Giner-Tolmo: 50 minutos; Tolmo-Canto Cochino-Collado del Yelmo: 1 hora 5 minutos; Collado del Yelmo-Manzanares-Centro de interpretación: 1 hora 25 minutos.
Distancia total	18,2 kilómetros.
Interés	Paisajes de la Pedriza, refugio Giner de los Ríos, el Tolmo, Manzanares el Real (castillo).
Altitud mínima	918 m.
Altitud máxima	1317 m.
Desnivel acumulado	875 m.

h

Notas:
- La excursión es larga y fatigosa, aunque no tiene excesivas dificultades técnicas. Si  se accede desde Burgos y queremos subir hasta Canto Cochino en coche para evitarnos los 4 kilómetros por la senda de Quebrantaherraduras, tendremos que madrugar mucho para encontrar la barrera abierta.

- Al Yelmo se puede subir desde muchos lados, ninguno es sencillo. La ascensión  hasta la cima requiere una excursión dedicada a esta visita.

- En Manzanares el Real merece la pena detenernos parar visitar su castillo.

Castillo de Manzanares

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Mapa topográfico

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