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sábado, 25 de junio de 2016

Valle de Caderechas: Los Castillos y el Portillo del Infierno

Volvemos al magnífico Valle de Caderechas, que luce en primavera colores y paisajes fantásticos. Esta vez nos acercamos al sector más occidental del valle, para ascender a las alturas del pico Los Castillos y caminar por el espolón que lleva a la agreste Peña Cironte por caminos ignotos. Retornamos descendiendo del páramo por el Portillo de los Infiernos, aún hoy practicable.


Los Castillos




En un principio, nos planteamos el ascender a la Peña Cironte directamente desde el pueblo caderechano de Hozabejas, pero en los mapas y documentación no aparecen caminos ni senderos claros. El desnivel desde la carretera y su aspecto salvaje no invita a aventurarse por sus empinadas laderas. Así que por el momento, lo más sensato es intentar acceder caminando desde el páramo. Para ello, debemos ascender desde el valle hasta la cima de Los Castillos, desde donde emprenderemos el asalto final a la peña.

Emprendemos la marcha por una pista forestal entre Rucandio y Hozabejas.
Iniciamos la ruta por una pista forestal que nace a la derecha de la carretera que va de Hozabejas a Rucandio.

Comenzamos la caminata entre campos de labor a la vista del páramo.
Llegamos al valle a través del Páramo de Masa por la carretera de Villarcayo. Una vez sobrepasado el despoblado de Villalta, tomaremos el desvío a la derecha que desciende a los Escobados. Por esta carretera, y a través de un angosto vallejo, entraremos en las Caderechas. Tras dejar el desvío y el pueblo de Hozabejas abajo a nuestra derecha, continuamos tres kilómetros más hasta salirnos por nuestra izquierda por una pista forestal, apenas un kilómetro y medio antes de llegar al pueblo de Rucandio.

Peña Cironte, Los Castillos y pueblos de Hozabejas y Rucandio vistos desde la cumbre del Castilviejo.
Por este camino, en buen estado, recorremos algo menos de un kilómetro hasta llegar a una marcada bifurcación. Aquí, dejaremos el coche e iniciaremos nuestra excursión caminando.


Rucandio, tras los árboles.
En el cruce, tomamos el camino de la izquierda, ya que el derecho otro desciende hacia el pueblo de Rucandio. Por esta pista, sin ganar ni perder altitud, vamos caminando entre campos de labor, rodeando el borde del páramo que cae como una muralla a nuestra izquierda. Las alturas donde se ubica el pico Los Castillos, un saliente del páramo, las tenemos a la vista. Desde donde estamos nos parece muy considerable el desnivel a salvar.
Pero afortunadamente el camino gana altitud con mucha suavidad. Tras describir un quiebro a nuestra izquierda y rodear un cultivo de frutales, llegamos al punto en cual se une por la derecha la pista que sube desde Rucandio hacia el páramo. Es en esta zona donde hay que tener cuidado en tomar la dirección correcta ya que tenemos que atravesar varios cruces que pueden despistarnos.

Continuamos por una pista forestal ascendiendo hacia el páramo.

Una vez sobre el camino de Rucandio al páramo, comienza el ascenso definitivo. Aunque la pendiente no es nunca fuerte, sí es la cuesta larga y constante. Nos cuesta un esfuerzo adicional superar este tramo hasta llegar al páramo.

Antes de llegar al páramo, disfrutamos de impresionantes vistas sobre el valle.

Llegaremos a un gran collado en el páramo casi una hora después de haber iniciado la marcha. Nos encontramos sobre el borde rocoso de la bellísima curva que forma el extremo NO. del Valle de Caderechas. Geológicamente hablando, no es más el cierre periclinal oeste (tipo combe), del anticlinal de Madrid de las Caderechas. Si observamos el arco de cumbres que cierran el valle por el norte y el núcleo central de cimas donde destacan el Marzo y el Castilviejo, podemos entender que el Valle de Caderechas es el resultado de la gran erosión y posterior vaciamiento de un gran pliegue anticlinal.

El arco del valle visto desde la cima del Tablones.
De hecho, los materiales que forman las cumbres centrales mencionadas, son más antiguos que los periféricos, otra prueba más del origen geológico comentado.


Desde aquí contemplamos los pueblecitos de Huéspeda, Madrid de las Caderechas y más al fondo Herrera justo debajo del pico Tablones.

Borde del Páramo de Masa que cae sobre el sector occidental del Valle de Caderechas.
Divisamos al fondo de la vaguada el pueblo de Escóbados de Abajo.
Si miramos hacia el centro del valle, destacan, como hemos dicho, las agrestes cumbres del Castilviejo y Mazo. Al fondo, sobresale la altiplanicie amesetada de la Mesa de Oña. 
Esplendor primaveral en la loma de Los Castillos - Cironte.
Estamos en primavera y todo el valle es un estallido de intenso color verde salpicado de flores.


Panorámica de los Escóbados, en primer término, y el Páramo de Masa de fondo.
Panorámica general del Valle de Caderechas desde las inmediaciones de Los Castillos.


Emprendemos la marcha siguiendo la línea del páramo por nuestra izquierda en dirección a la cumbre de Los Castillos, que aún no vemos. No hay senderos claros ya, pero la marcha es evidente y sencilla. El borde rocoso siempre quedará a nuestra izquierda. Vamos siguiendo tenues trochas que nos ayudan a ganar altitud con suavidad entre la hierba.



Las panorámicas siguen incrementándose. Si miramos hacia el norte, a nuestra derecha, vemos descender un vallejo hasta el pueblo de Escóbados de Arriba. Al fondo, sobresalen las cumbres atiborradas de molinos de Peña Alta de Dobro y más a la izquierda el Otero, cumbre señera del Páramo de Masa que es vista prácticamente desde cualquier punto en muchos kilómetros a la redonda.

Panorámica del valle desde las cercanías del Portillo del Infierno.
Una vez alcanzada la cota 1125, divisamos ya el hito montañero que señaliza la cima de Los Castillos frente a nosotros. Ésta se ubica majestuosa sobre el extremo de un corredor rocoso que asciende desde el valle de los Escobados. No nos queda más remedio que descender hasta la vaguada que nos separa de este "castillo natural" y ascender fácilmente a la cumbre.

Cumbre de Los Castillos.
Llegamos por fin a la cima de Los Castillos (1142 metros). Nuestro GPS no sobrepasa los 1138 metros. Hito geodésico y buzón del club alavés de montaña.


Cima de Los Castillos




Video


Vista primaveral sobre el páramo desde Los Castillos.
La cima es un espléndido lugar para descansar, reponernos, mientras se disfruta del impresionante paisaje. Desde aquí contemplamos todo el sector occidental del Valle de Caderechas. Hacia el N. divisamos un enorme área del Páramo de Masa. El pueblo de Escobados queda abajo al fondo de la vaguada cae desciende desde donde estamos.Más a la izquierda, sobre un alto, dominando el páramo, el despoblado de Villalta, solitario.


Tras descansar, descendemos de la peña donde se ubica la cima y continuamos por el espolón rocoso en que nos encontramos a la búsqueda del Portillo del Infierno, hito anterior al borde de la Peña Cironte. Éste no es más que un antiguo paso de montaña que comunicaba el valle de los Escobados con Rucandio y el valle y evitaba un gran rodeo siguiendo el arroyo de Hozabejas por agrestes parajes antes de construirse la carretera que vemos hoy. Según avanzamos, la vegetación se va haciendo más espesa y el espolón o brazo rocoso por el que nos movemos, se va estrechando. La vegetación cada vez es más espesa y tenemos más remedio que retroceder en algunos puntos buscando aperturas en la espesura que nos permita continuar. Dentro del monte, es difícil orientarse, los claros en el bosque tienden a derivarnos erróneamente hacia el borde derecho. Lo mejor es intentar seguir siempre junto al borde por nuestra izquierda. Si nos fijamos, encontramos una tenue trocha que con dificultades, se abre paso entre los árboles y matorrales. La vegetación amenaza con echarnos para atrás en cualquier momento y nos da la impresión de que en cualquier momento nos puede aparecer cualquier animal como un corzo o un jabalí.

Hito señalizador del Portillo del Infierno, donde se juntan los municipios de Rucandio y Los Altos.
Por fin, con cierto alivio, llegamos al Portillo del Infierno. Para no perdernos, habíamos indicado este punto previamente en nuestro GPS. Se trata de un paso de montaña, muy transitado en el pasado, hoy reducido a una simple trocha casi borrada por la vegetación.
Es el punto de confluencia de los municipios de Padrones, Rucandio y los Escobados y se halla señalizado con un mojón. Una pequeña apertura en el borde rocoso se abre paso y emprende el descenso. Aunque nuestra intención inicial era seguir hasta el borde de la peña Cironte, que se encuentra algo menos de un kilómetro desde donde estamos, es absolutamente imposible seguir en estas condiciones. Desistimos de la empresa para emprender ya sin dilación el regreso por el portillo. La vegetación en este punto forma una fenomenal pantalla que sin que encontremos manera de salvarla.

Apertura en la vegetación indicando el camino de descenso desde el portillo.
Aunque la impresión es de que el sendero se halla cubierto y perdido por la vegetación, no nos queda más remedio que introducirnos y descender por él. La pista donde hemos dejado el coche se halla abajo muy cerca de donde estamos. La alternativa sería deshacer todo lo recorrido hasta ahora, poco apetecible. No lo pensamos dos veces y no adentramos en el sendero. Según bajamos, denotamos que por fortuna, aún se mantiene la traza excavada del camino. Podemos avanzar perdiendo altitud. Hay mucha vegetación y el desnivel es muy fuerte por lo que tenemos que extremar la precaución para no tropezar o perder la orientación. Tenemos que aferrarnos en algunos puntos a las ramas para sujetarnos y no tropezar por la fuerte pendiente. No obstante, nunca es peligroso.

Cortafuegos en el tramo inferior del portillo, ya cerca de la pista donde dejamos el coche.
Tras descender unos 500 metros por este terreno difícil, el sendero se ensancha convirtiéndose en un amplio cortafuegos. Con alivio, nos incorporamos a él (¡nos parece una autopista tras las estrecheces pasadas!) En poco, desembocamos en la pista forestal que recorre toda la ladera. En apenas cuatrocientos metros más, siguiendo por nuestra derecha, llegamos al coche finalizando esta amena, y hasta cierto punto, sencilla excursión.



LOS CASTILLOS Y PEÑA CIRONTE
Dificultad
Media, la progresión desde Los Castillos hacia la Peña Cironte es muy complicada por la densa vegetación.
Ciclable
No.  (sí es posible remontar al páramo hasta cerca de la cumbre de Los Castillos).
Circular
Sí.
Orientación
Difícil. La progresión por la loma y encontrar el Portillo del Infierno son complicados.
Época recomendable
De abril a noviembre. En abril veremos los cerezos en flor, en mayo-junio, la explosión de la primavera.
Inicio
Camino entre Hozabejas y Rucandio (Valle de Caderechas).
Distancia de Burgos
59 kilómetros.
Tiempo total
Casi 3 horas.
Distancia total
8,87 kilómetros.
Interés
Panorámicas del Valle de Caderechas, pueblos pintorescos de Hozabejas y Rucandio. Naturaleza en estado puro.
Altitud mínima
799 m.
Altitud máxima
1138 m.
Mapas
1:50000: 0315 Sedano.
1:25000: 0315-2 Dobro; 0315-4 Padrones de Bureba.

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Notas:
- Como se ha relatado en este blog, el Valle de Caderechas  guarda muchos rincones que merece la pena visitar y explorar. Cerca de Los Castillos, podemos visitar los pueblos de Rucandio y Hozabejas. En este último, sorprende el curioso acueducto del siglo XVIII que recorre el centro de la localidad.


Hozabejas
- La subida a la Peña Cironte desde Hozabejas no es sencilla. Para ello, habría que remontar la carretera unos metros en dirección a los Escóbados y atacar la ladera por una empinada vaguada que parte de la misma carretera. En la base de la cima, se hallan las cuevas de las Narices. Todo el recorrido parece complicado, quizás sea solo practicable en invierno cuando la vegetación está en su mínimo volumen.


Peña Cironte y Hozabejas


Entradas relacionadas:
  Los Castillos.


Mapa topográfico


Perfil de elevación


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