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jueves, 6 de octubre de 2022

Sierra de Pancorbo: Meriendillas

Dentro del desfiladero de Pancorbo, subimos por su vertiente sur al pico Meriendillas, un picacho calizo asomado sobre la garganta. Durante la excursión, a caballo entre Burgos y la Rioja, pasamos por bosques y disponemos de excepcionales panorámicas sobre la Bureba y la llanada mirandesa.


Sierra de Pancorbo f

 Ascendemos desde el desfiladero por su lado SE. subiendo por el barranco del arroyo de Barbalantes. Para eso, debemos llegar primero a Pancorbo, salir de la autopista y seguir por la N-1. Nada más pasar el túnel, salimos de la carretera por la derecha y aparcamos. El vial asfaltado continua aún en unos doscientos metros y atraviesa la autopista por un paso inferior. 


Barranco Barbalantes.
Al otro lado, nos plantamos ya sobre la parte baja del arroyo, seco en esta época del año.


A ambos lados, se levantan los farallones calizos que conforman esta parte del desfiladero y que puede verse muy bien desde la autopista.

Atravesamos la AP-1 por un paso inferior.
Aunque hay señalización de PR, lo más evidente es iniciar la ascensión por una pista, en su inicio carrozable. Ganamos altura con fuerza cubriendo varias curvas. Tras pasar junto a un corral, la pista desaparece y continuamos por una estrecha senda, dejando el fondo del barranco a nuestra izquierda. En esta época del año, el lecho del arroyo está completamente seco.

Entramos en el barranco Barbalantes.
Este sendero, en buen estado, se introduce en una mancha de bosque y continua subiendo con decisión hacia los llanos de la parte superior.


Alcanzamos un gran cruce de caminos. Por la izquierda, subiríamos haca el costado rocoso donde se halla el Meriendillas. Por la derecha, sigue hacia el costado rocoso que cierra este pequeño macizo por el oeste. 

Superado el barranco, alcanzamos la línea del pinar.
Optamos por esta segunda opción ya que queremos llegar hasta la el Alto de las Yeguas  para asomarnos sobre la Bureba. Dejamos el Meriendillas para el final. Por este camino ganamos pronto la línea de árboles y seguimos por la derecha, siguiendo las indicaciones de PR que aparecen.

Subida hacia el Alto de las Yeguas.
En medio kilómetro, tuerce a la izquierda y ascendemos, ahora sí, hasta el borde superior de esta sierra, alcanzando fácilmente el borde asomado sobre la llanura burebana en el Alto de la Atalaya. Las vistas que se contemplan desde aquí son impresionantes.

Alto de la Atalaya.
Continuamos por el borde, por terreno casi llano, hasta alcanzar, medio kilómetro más hacia el sur, la cima del Alto de las Yeguas


Poco prominente, hay un pequeño hito indicativo. Similares vistas.

Alto de las Yeguas.
Panorámica sobre la Bureba desde el Alto de las Yeguas.
Retornamos al cruce inicial volviendo por el mismo camino. Ahora, continuamos hacia el este, en busca del Meriendillas.


Subimos de altitud, dejamos el desvío a este pico a la izquierda, para continuar por la derecha. Antes de ascender, queremos visitar más los parajes de esta sierra. En esta zona, viendo los mapas, debiera haber una gran laguna, indicada bajo el nombre de Foncea (nos hallamos ahora en tierra riojanas.

La Laguna.
Desde nuestra posición, visualizamos que está seca al final del verano y es una amplia pradera rodeado de línea de bosque. Por la pista entonces, rodeamos esta laguna, caminando primero por descubierto, para entrar en el bosque una vez hemos girado 180 grados para continuar por la ribera este de la laguna. Alcanzamos su orilla, seca, y paramos a descansar.

La Laguna, seca en verano.
Como hemos dicho, se aprecia bien el fondo de la laguna, completamente seca en esta época del año. Encontramos algunos caballos pastando. Idílico lugar. Seguimos por la pista, manteniendo la laguna a nuestra izquierda, pero apartándonos poco a poco de su linde. Subimos de nivel, camino, ahora sí por fin, del Meriendillas.


Dejamos la orilla de la Laguna y continuamos por la pista forestal, avanzando bajo los pinos. El sendero poco a poco va ganando altura. Dejaremos a un lado la cueva de los Tasugos, cuya boca de entrada no conseguimos encontrar al haber mucha maleza. Enseguida nos plantamos en la base del Meriendillas, que queda inmediatamente a nuestra izquierda.

Ladera del Meriendillas.
Alcanzamos fácilmente la cresta rocosa siguiendo una trocha. 

Cima del Meriendillas.
Una vez en la divisoria, continuamos por la derecha hasta alcanzar la base rocosa del Meriendillas (1001 metros). Aún debemos hacer una fácil trepada para alcanzar el buzón.


De altitud moderada, ya que apenas supera los 1000 metros, las vistas desde su picota son enormes, ya que la llanura burebana y el desfiladero se encuentran 350  metros por debajo. Las vistas hacia el S-SE. se extienden sobre gran parte de esta sierra, a caballo entre Burgos y la Rioja.


Desandamos por la cresta del Meriendillas.
Regresamos. Para ello, debemos desandar por la cresta unos metros hacia el sur para iniciar un suave descenso hacia la cabecera del arroyo Barbalantes.


Conectamos con el sendero por el que remontamos el barranco y regresamos sin pérdida hacia la carretera.



Durante este descenso disfrutamos de otras vistas sobre el desfiladero y las elevaciones de los Obarenes, continuación de la sierra en la que nos encontramos.






PICO MERIENDILLAS
Espacio natural
Sierra de Pancorbo.
Dificultad
Baja.
Tipo de camino
Senderos de montaña, pista forestal junto a la Laguna.
Ciclable
Sí.
Agua potable
No hay,
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Difícil. Necesario GPS para tomar los desvíos correctos.
Época recomendable
Todo el año.
Inicio
Pancorbo.
Distancia de Burgos
66,7 kilómetros.
Tiempo total
Unas 4 horas.
Tiempos de marcha
Pancorbo-Alto de las Yeguas: 1 hora 5 minutos; Alto de las Yeguas-Meriendillas: 1 hora 50 minutos (incl. 20 minutos parada para comer); Meriendillas-Pancorbo: 55 minutos.
Distancia total
14,5 kilómetros.
Interés
Barranco Barbalantes. Panorámicas sobre las sierras circundantes, pico Meriendillas.
Altitud mínima
610 m.
Altitud máxima
996 m.
Desnivel acumulado
629 m.

h
h
Notas:
- La excursión es sencilla. El único problema es la orientación al no estar señalizada. Necesario uso de GPS.
- Gran parte del recorrido puede realizarse con BTT, aunque con gran exigencia fisica.
- desde el entorno de la Laguna, hay pistas de acceso que proceden del lado riojano partiendo de Foncea.


Entradas relacionadas:


Mapa topográfico



Perfil de elevación



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lunes, 8 de abril de 2019

Desfiladero de Pancorbo

Después del Cañón del Ebro, el desfiladero de Pancorbo es quizás el más conocido por los burgaleses y todos los que transitan por la N-1. De corta longitud, sus impresionantes desniveles y la belleza de sus formas rocosas le dotan de gran espectacularidad. Aunque son varias las rutas posibles para recorrerlo, elegiremos su lado norte, donde además visitaremos las ruinas del Fuerte de Santa Engracia, un gran desconocido aún para el público.


Desfiladero de Pancorbo
f


Iniciamos la excursión, como no podía ser de otra forma, desde el pueblo de Pancorbo, a donde llegamos muy fácilmente a través de la A-1. En el extremo oeste del pueblo, a la salida de la carretera, en un aparcamiento improvisado junto a un panel informativo, dejaremos el coche.

Panel informativo junto al aparcamiento.
Dejamos las casas del pueblo atrás.
El plan es ascender por el vial asfaltado que remonta hasta un depósito de aguas y asomarnos al desfiladero para, a continuación, continuar subiendo por la pista que se dirige hacia los restos del Fuerte de Santa Engracia. Comenzamos entonces saliendo por la pista, muy amplia y por donde acceden vehículos también.

Ganamos altura subiendo por un vial asfaltado.
La pendiente es fuerte desde el principio y en seguida contemplamos ya las casas de Pancorbo detrás nuestro en el fondo del desfiladero.


En apenas quince minutos, la pista se divide y tomamos el ramal que sale por nuestra derecha. Tras describir una curva, llegaremos a una caseta de control de aguas.

Construcción de control de aguas, junto al mirador.
Allí mismo, sale el sendero por el cual, en unos doscientos metros, llegaremos al mirador de Peña del Mazo, donde nos asomamos sobre el desfiladero.
Camino del mirador de la Peña el Mazo.
La carretera, la línea de ferrocarril, quedan exactamente a nuestros pies. Buen sitio para descansar, recrearse en el paisaje y tomar aliento tras al esfuerzo pasado.


Vista vertical del desfiladero desde el mirador de la Peña el Mazo.
Retornamos a la caseta y deshacemos el camino hasta el cruce inicial, siguiendo la ascensión en dirección al fuerte.

Retornamos a la pista principal, para continuar hacia la fortaleza de Santa Engracia.
La pista asfaltada continua ganando altura, a ratos con fuerte pendiente, camino de la explanada en la base de la fortaleza de Santa Engracia, cuyas alturas se hallan a nuestra izquierda.


Llegamos en apenas media hora al aparcamiento junto a un refugio. Bajo un pórtico, se encuentra una maqueta de la fortaleza. Desde aquí tenemos buenas vistas sobre las alturas de la Sierra de Pancorbo.


A nuestra izquierda, desde la explanada, surge el camino que asciende hacia la cresta donde se halla la fortaleza. En diez minutos, llegaremos por fin a la entrada de la Fortaleza de Santa Engracia, donde ya observamos los primeros restos de construcciones.

La Sierra de Pancorbo es el tramo más oriental de los Montes Obarenes. Vista desde el camino que sube a Santa Engracia.
Nos hallamos en el extremo occidental del gran espolón rocoso que se halla atiborrado por los restos de murallas, pasillos, cuevas, depósitos, construcciones que compusieron la Fortaleza de Santa Engracia y que vamos a recorrer.

Entrada oeste de la fortaleza.
Recientemente se ha habilitado un conjunto de pasarelas de madera que atraviesan desde la altura los tramos más deteriorados. Por ella, vamos recorriendo las instalaciones, hoy arruinadas y deteniéndonos en los paneles informativos, que nos explican la historia de esta fortaleza.


Fortaleza de Santa Engracia


Según avanzamos hacia su extremo oriental, que se levanta sobre el desfiladero y el pueblo de Pancorbo, vamos visitando los restos desperdigados del antiguo fuerte. Destacan las cuevas excavadas en la roca donde se guardaban las municiones.

Cima del Castillete.
Tras pasar por el hito geodésico que marca la cota del Castillete (1038 metros), punto más alto, solo tenemos ya que descender hacia el mirador oriental, sobre el desfiladero y que ya vemos desde muy lejos.

Continuamos siguiendo muros hacia el extremo este de la fortaleza.

Depósitos y almacenes excavados en la roca viva.

La Fortaleza de Santa Engracia

La construcción de la fortaleza de Santa Engracia coincide con el inicio de la Edad Contemporánea, etapa histórica marcada por le estallido de la Revolución Francesa (1789), que en España corresponde con el inicio del reinado de Carlos IV. La historia de la fortaleza comienza con la Guerra de la Convención (1793/1794), cuando los ejércitos republicanos franceses entran en España por Irún. Se decide su constitución en el Desfiladero de Pancorbo ante la ausencia de plazas fuertes que contengan el avance del enemigo hacia el interior de la península. Las obras comienzan el 3 de septiembre de 1794 bajo la dirección del ingeniero Fermín de Rueda, empleándose un total de 1455 obreros entre los que había 40 carpinteros y 150 canteros, además de 20 carros y 100 mulas.
Consecuencia de esa guerra fue el Tratado de San Ildefonso por el que se establece una alianza con Francia que conducirá a la guerra contra Inglaterra y desembocará en la Guerra de la Independencia (1808-1814). El mariscal francés Moncey toma la fortaleza de Santa Engracia el 10 de marco de 1808. No será recuperada hasta el 30 de junio de 1813 por el general O'Donnell, conde la Bisbal, quedan prisioneros 700 franceses y su comandante.


Finalizada la guerra, Fernando VII instaura el Absolutismo (1814-.1820), anulando La Constitución emanada de las Cortes de Cádiz de 1812. Este período terminará con el levantamiento de Riego, dando inicio al Trienio Liberal (1820-1823). La respuesta de las potencias europeas para restaurar el antiguo orden, fue el envío de un ejército conocido como "Los Cien Mil Hijos de San Luís", al mando del Duque de Angulema, quien ordenó destruir la fortaleza el 23 de abril de 1823 para evitar el acantonamiento de tropas en ella.




El mirador es una construcción de madera, con tejado, que se asoma sobre el desfiladero. Es un buen lugar para descansar y disfrutar del paisaje a nuestros pies.

Tramo final hasta el mirador.

Pero el crestón sobre el que se asiente la fortaleza se prolonga aún unos metros más hasta desplomarse en vertical sobre el desfiladero. Observamos desde el refugio una cueva y restos de un murete. Nos desplazamos hasta este extremo para visitarlo. Volvemos al mirador de nuevo.

Extremo más occidental del peñón donde se ubican los restos de la fortaleza.



Desde el mirador nos planteamos la mejor vía para descender hasta el pueblo. El terreno es muy abrupto. El camino que parece descender, comienza unos metros más atrás del mirador, así que deshacemos lo andado y abandonamos la fortaleza por la izquierda.




Se trata de un estrecho sendero por el cual perdemos altura con rapidez.

Magníficas panorámicas en el descenso.
Aunque no llega a ser peligroso en ningún momento, es necesario avanzar con cierta precaución, ya que la pendiente es elevada en algunos puntos. Pero todo compensa por las espectaculares vistas que disfrutamos de Pancorbo y su desfiladero.


Poco a poco vamos perdiendo altitud y nos aproximamos al espolón rocoso, erizado de puntas, que sube desde el mismo pueblo por la ladera.


En su parte más inferior, se encuentran aún los restos del antiguo castillo medieval, construido en los orígenes de la reconquista por los musulmanes y posteriormente recuperado y pasado de manos por los cristianos.

Nos aproximamos al castillo medieval bajando por un marcado sendero.
Este castillo era clave en la defensa de Castilla, ya que el desfiladero de Pancorbo era la vía más rápida y segura para llegar desde el sur.

Acceso señalizado a los restos del castillo medieval.
Llegados a la pared de la peña, donde se hallan un conjunto de pasamanos habilitados para acceder a la otra vertiente del espolón rocoso. En la parte más alta, se hallan los restos del castillo medieval, enclavados en un auténtico nido de águilas. Entre los pocos restos visibles que permanecen, destaca un arco. El acceso a esta plataforma superior, es hoy difícil y peligroso. Nos asomamos sobre el pueblo y volvemos al sendero por donde recorremos ya la corta distancia que nos separa de las casas del pueblo.


Castillo de Pancorbo

Entramos en Pancorbo a través de un bonito arco perteneciente a la antigua muralla medieval.



Solo tenemos ya que callejear por la calle principal del pueblo, para salir por su extremo oriental y llegar hasta al coche, finalizando esta atractiva excursión.


DESFILADERO DE PANCORBO
Espacio natural
Sierra de Pancorbo, en los Montes Obarenes.
Dificultad
Baja.
Tipo de camino
Pista en la ida, senderos de montaña en el descenso.
Ciclable
Es ciclable la pista que sube desde el pueblo de Pancorbo hasta la explanada aparcamiento.
Agua potable
No encontraremos en todo el recorrido.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Fácil, todo el recorrido es muy intuitivo.
Época recomendable
Todo el año, evitando los días invernales en que puede hacer mucho frío y viento.
Inicio
Pancorbo.
Distancia de Burgos
66,3 kilómetros.
Tiempo total
3 horas.
Tiempos de marcha
Pancorbo-Mirador de Peña el Mazo: 28 minutos; Mirador de Peña el Mazo-Mirador de la fortaleza de Santa Engracia: 1 hora 7 minutos; Mirador-Pancorbo (descenso): 1 hora 17 minutos.
Distancia total
8,5 kilómetros.
Interés
Pueblo pintoresco de Pancorbo, desfiladero de Pancorbo, restos de la fortaleza de Santa Engracia.
Altitud mínima
624 m.
Altitud máxima
1029 m.
Desnivel acumulado
589 m.
Mapas
1:50000: 0169 Casalarreina.
1:25000: 0169-1 Pancorbo.
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h
Notas:
- Aunque el desnivel acumulado es respetable, no se puede catalogar la excursión como difícil, ya que siempre transcurre por terreno en buenas condiciones.
- El recorrido por los restos de la fortaleza es seguro y podemos permanecer todo el tiempo que queramos leyendo todos los paneles explicativos, etc...
- El descenso a Pancorbo transcurre por terreno muy empinado, pero seguro. Los que sufren de vértigo, siempre pueden retornar por la pista de subida.
- es posible llegar en coche hasta la explanada inferior a la fortaleza subiendo desde el mismo pueblo, como se ha explicado.
- Merece la pena pasear por las calles de Pancorbo, visitar sus dos iglesias, subir al menos hasta los restos del castillo medieval, desde donde se disfruta de las mejores vistas sobre el desfiladero.



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