lunes, 14 de octubre de 2013

Caldera de Taburiente

La Isla de La Palma ocupa el puesto más noroccidental del archipiélago canario. Su posición adelantada frente a los vientos húmedos alisios del Atlántico, hacen que tenga unas particularidades climáticas diferentes al resto de islas, más áridas. Este factor, añadido a su carácter eminentemente montañoso, configura un terreno y una vegetación que hace que reúna unas magníficas condiciones para la práctica del senderismo. En su interior, se halla la joya natural de las Canarias: El Parque Nacional de La Caldera de Taburiente.


La excursión por la Caldera resulta una experiencia altamente recomendable. En su interior se hallan bosques de laurisilva y de pino canario, saltos de agua, barrancos, conos volcánicos, agrestes parajes ... Todo el espacio está circundado por empinadas paredes rocosas de más de 2000 metros de altitud. Un entorno difícil de encontrar y único en España.

Paisajes volcánicos en el interior de la Caldera.
Panorámica de la Caldera de Taburiente desde las cercanías del Roque de los Muchachos (2400 m.).
Lo que hoy vemos no es más que el resto de lo que fue un inmenso volcán, cuyo gran cráter ha sido erosionado a lo largo de millones de años. La caldera está completamente rodeada por altas paredes, así que no hay otro acceso a su interior más que por una empinada carretera que partiendo de la población de Los Llanos de Aridane, se adentra por el llamado Barranco de las AngustiasAsí pues, accedemos llegando en coche a la entrada del barranco. Aparcamos. Allí mismo, existe un servicio de taxi 4x4 que acerca a los visitantes hasta el paraje de los Brecitos, a 1100 metros de altitud, unos pocos kilómetros más adelante, siguiendo por una pista de tierra. La entrada al parque es en cualquier caso libre y gratuito.En los Brecitos, comenzamos el recorrido.

Un GR recorre el interior del Parque Nacional.
Todo el trayecto por su interior está perfectamente señalizado. Es recomendable atenerse a él y no salirse ni deambular. Desde el comienzo, apreciamos la exhuberante vegetación que cubre todo el interior de la caldera y se aferra a las empinadas paredes. Caminamos por un profundo hoyo, lo que proporciona una gran sensación de aislamiento.

Petroglifos de origen guanche.
Progresamos por la senda sin ninguna dificultad admirando el paisaje. Da la sensación que caminamos por el interior de un parque botánico. En un kilómetro apróximadamente, visitamos unas enormes piedras adornadas con marcas o signos grabados sobre su superficie. Se trata de antiguos petroglifos realizados por los guanches, los antiguos y únicos pobladores de todas las Islas Canarias antes de la conquista realizada por los españoles en el siglo XV.

Toda la Caldera guarda bellos y agrestes parajes.
La senda va describiendo un giro con amplio radio adaptándose a la forma ovalada de la Caldera y avanzando por su sector norte. A cada giro del camino cambiamos la perspectiva y las vistas varían constantemente. En cierto punto, sale un desvío señalizado hacia la izquierda indicando el paraje de Hoyo Verde. Lo tomamos, saliendo de la vía principal, y ascendemos por una estrecha senda con fuerte pendiente. Ganamos altitud muy rápido subiendo entre la frondosa vegetación hasta llegar a una especie de balconada frente a la pared rocosa. Desde este mirador, divisamos un gran salto de agua que cae desde una considerable altura entre los peñascos. Nos da la sensación de estar en la selva y no en las Islas Canarias.

Cascada de la Fondada, en la Hoya Verde.
Deshacemos el camino y regresamos al sendero principal que siempre se desarrolla por el fondo de la caldera. Poco más adelante, alcanzamos el cauce del río Taburiente, que se descuelga mediante saltos desde los acantilados rocosos y forma al llegar al fondo, junto donde estamos, unas pequeñas pozas. Nos bañamos y nos refrescamos. Buen sitio para descansar y comer.

Espectaculares paisajes alpinos en el interior.
Muy cerca, se encuentra la casa del parque, que resulta interesante de visitar pues describe la historia geológica del parque y mucha información interesante del lugar. Es ya media tarde y el guía del centro de visitantes nos informa que nos apresuremos en la caminata pues aún nos quedan unas tres horas para llegar al entorno del Barranco de las Angustias, donde está la salida. No debemos demorarnos porque no es recomendable que nos sorprenda la noche estando aún dentro de la caldera.


Afrontamos entonces el último tramo. Este se desarrolla siguiendo siempre el cauce del río. Su caudal es muy variable ya que se va adaptando a las irregularidades del terreno, principalmente rocoso y con pequeños desniveles. En algunos tramos desaparece bajo tierra y vuelve a resurgir unos metros más adelante. En otros tramos su cauce se estrecha tanto que hace necesario realizar pequeñas trepadas por las paredes para salvar el curso del río. Todo esto hace que el recorrido final se nos haga algo arduo. Llegamos finalmente al Barranco de las Angustias y al aparcamiento donde tenemos el coche. Estamos fatigados, pero muy satisfechos de la excursión realizada.



Caldera de Taburiente


Notas:
- Para acceder al punto de inicio en los Brecitos, hay que contratar un taxi.
- La orientación en el interior no siempre es fácil, por lo cual no es recomendable salirse del itinerario señalizado.
- Es necesario aprovisionarse bien de agua pues se trata de una excursión larga y puede hacer mucho calor.


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Mapa topográfico


Perfil de elevación

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( El track ha sido tomado de Wikiloc y no pertenece al autor del blog )



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