domingo, 7 de noviembre de 2021

Hayedo de la Verdina

Visitamos uno de los hayedos más recónditos de la provincia de Burgos. Se ubica en los Montes Obarenes. Partiendo de la población de Cubilla, ascenderemos por un escondido barranco atravesando un magnífico bosque caducifolio hasta alcanzar el portillo de la Planadilla, entre los picos Cantoña y la Peña Maya. Retornamos por otro barranco lateral hasta el punto de salida descendiendo por el interior de otro bosque de montaña. Al discurrir en todo momento por terreno agreste y sin señalizar, es necesario llevar GPS o mapas para no perderse por estos parajes.


Hayedo de la Verdinaf

  
Iniciamos la excursión desde las proximidades de la localidad de Cubilla de la Sierra, localidad emplazada en un tranquilo paraje de los Montes Obarenes. La manera más rápida de acceder es a través de la AP-1, saliendo de la autopista en Pancorbo. Atravesamos el desfiladero por la N-1 hasta encontrar el desvío a Santa Gadea del Cid y Puentelarra, el cual tomamos. En apenas un  kilómetro, llegaremos a la pequeña localidad de Encio donde tomamos el desvío por la izquierda a Cubilla y Obarenes. Esta vía, asfaltada no hace muchos años, se interna y recorre el profundo barranco de la Valsorda. En poco menos de 11 kilómetros, llegamos al desvío a Cubilla. Allí mismo, junto a la carretera dejaremos el coche para iniciar la excursión. Podemos ir también a través del Portillo de Busto, para lo cual debemos alcanzar primero la localidad burebana de Busto de Bureba y ascender el puerto. Una vez en la vertiente norte, continuamos pasando por los pueblos de Zangández y La Molina del Portillo de Busto antes de llegar a Cubilla. Esta alternativa, muy interesante, es más larga que la anteriormente descrita.

Cubilla de la Sierra se emplaza a los pies del pico Humión.
Vista del Valle de Cubilla desde la cima del pico Mancubo.
Justo en este cruce, al otro lado de la carretera, nace el camino que se dirige hacia la vertiente norte de los Montes de la Verdina cuya línea de cumbres, nos cierra la vista por el sur. Pasamos una valla, que volvemos a cerrar, y seguimos hasta alcanzar unos prados donde encontramos ganado pastando plácidamente.


Dejamos el coche a un lado de la carretera en el desvío a Cubilla de la Sierra.

Nos dirigimos por la pista hacia unos pastos. Al fondo, la Peña la Encina.
Allí mismo parte el camino, a mano derecha, que se dirige hacia la línea de bosque y que debemos tomar. Nos incorporamos a él.


Hay desde el comienzo robles y hayas, caminamos bajo cubierta vegetal dentro de un bosque muy frondoso. Es tan tupido que la luz es insuficiente y caminamos un largo trecho por parajes sombríos.

La pista se interna pronto por un frondoso hayedo, siguiendo el arroyo Molinar.
Avanzamos con comodidad por el interior del hayedo, llamado de Rivacote o de la Verdina, en dirección S-SE. La pista se mantiene en buen estado y parece que es utilizada por vehículos, posiblemente cazadores. Caminamos se le llama Valle de los Ríos.

Caminamos con comodidad por el interior del bosque.
El otoño está avanzado, aunque todavía no ha alcanzado su máximo de tonalidades tan características de esta estación. Aún así, son muchos los árboles cuyas hojas están mutando hacia el amarillo-rojizo.


En algo más de un kilómetro, alcanzamos el punto exacto donde debemos abandonar la pista, que se dirige hacia La Molina, para internarnos por la izquierda en el bosque. Estamos ya en el hayedo de la Verdina o de Rivacote.

Atravesamos un cercado metálico.
En su interior, no hay sendero ni trazas, pero subimos con cierta comodidad siguiendo la referencia del surco del arroyo, seco en esta época del año. El suelo está limpio, caminamos entre las hayas bajo un silencio absoluto.

Caminamos entre las hayas barranco arriba.

La pendiente no es excesiva al menos en este primer tramos, vamos subiendo poco a poco hacia la cabecera del arroyo.


Poco a poco, vamos aproximándonos a la línea de ladera entre los picos Cantoña y Peña Maya. Desde el interior del bosque no disponemos de vistas ni referencias. Seguimos ascendiendo.


Superada la cota de los 1000 metros, el barranco se estrecha, encontramos algunos bloques de piedra camuflados y confundidos entre el liquen y los árboles que crecen entre ellos. Rodeamos algunos de ellos. Un poco más arriba, enlazamos con un camino transversal,, muy evidente y señalizado como PR-224. Es el sendero de pequeño recorrido "Bosques y cumbres de Miraveche". Nos incorporamos a él y caminamos ahora con comodidad.

Enlazamos con el sendero PRC-BU-224 que proviene de Miraveche y recorre la cuerda de los Montes de la Verdina.
El sendero describe en seguida un giro a la derecha, subiendo aún más desarrollándose en paralelo a la línea de la cresta que tenemos a nuestra izquierda. Las hayas nos acompañan en todo momento ya que han poblado todo este barranco.


Este camino, muy evidente y cómodo, se dirige sin dilación hacia la cuerda de la sierra.


Tras pasar un gran tronco desgajado, superamos el surco de la cabecera del arroyo, en su teórico nacimiento, que encontramos seco. Giramos a la izquierda para emprender, ahora con fuerte pendiente el último tramo hacia la cresta. Podemos atisbarla al colarse  la luz del sol entre las ramas de los árboles.

Último trecho hasta la cresta de la sierra.
Tras un pequeño esfuerzo, salimos "repentinamente" del bosque y nos presentamos en el collado de la Planadilla, a 1260  metros de altitud. Se trata de un estrecho paso de montaña entre las cimas del Cantoña (1355 metros y máxima cima de los Montes de los Verdina) y la majestuosa y muy agreste Peña Maya (1321 metros). La llanura burebana se extiende a nuestros pies hacia el sur.


La salida del bosque ha sido repentina y desembocamos en un impresionante paraje con un extraordinario paisaje. Después de los esfuerzos de la subida, es un lugar perfecto para parar y descansar. Además es prácticamente el punto medio de nuestra excursión.

Ladera hacia la Peña Maya.
El Cantoña visto desde el collado de la Planadilla.
Tras fotografiar las cumbres que nos vigilan a ambos lados, iniciamos el regreso. Entramos de nuevo en el bosque y deshacemos camino por el PR hasta aproximadamente la cota de los 1100 metros por el interior.


Nuestro plan es retornar al valle descendiendo por el barranco lateral ubicado más al este. No hay senderos ni indicación alguna, así que, guiados por el track de nuestro GPS, bajamos un poco por terreno libre dentro del bosque, un poco hacia la derecha de por donde subimos.

Peña Blanca.
Unos cien metros después de haber abandonado el PR, salimos del bosque por nuestra derecha, plantándonos sobre la ladera rocosa de la Peña Blanca, que separa los dos barrancos.

Magnífica panorámica del hayedo de la Verdina o Rivacote. Al fondo, destaca la mole del pico Humión.
En este punto, podemos contemplar por primera vez el bosque por el que hemos ascendido, es extraordinario paisaje. El fuerte color rojizo caracteriza a los  hayedos en esta época del año. Al fondo, tenemos el pico Humión y la alineación norte de los Obarenes. Buen sitio para hacer magníficas fotos. El terreno es áspero, pero la distancia es poca y superamos fácilmente este saliente rocoso.


Una vez en la parte superior de este roquedo, visualizamos el barranco contiguo por donde bajaremos.


Atravesamos fácilmente un cierre metálico y comenzamos a bajar por terreno abierto y rocoso de nuevo hacia la línea del bosque.

La Peña La Encina.
De fondo, contemplamos la impresionante figura de la peña La Encina, que nos invita a su ascensión desde donde estamos, pero desestimamos esta opción para otra ocasión.


Alcanzamos la linde y penetramos en su interior. Se trata de un bosque mixto, donde encontramos tanto especies caducifolias como perennes. Nos llama la atención  un pequeño acebal ubicado en la parte más alta del barranco.

Encontramos algunos acebos en la parte superior del barranco.

Comenzamos a bajar. Seguimos el track de nuestro GPS, pues no encontramos ninguna señalización ni referencia alguna por el interior de este bosque.



El suelo está menos limpio que el que encontramos en el hayedo del bosque adyacente por el que subimos. Progresamos entre los árboles, siguiendo pequeñas trazas o trochas de montaña y perdiendo altura con cierta comodidad.

Ya próximos al llano, perdemos altura sorteando los árboles.
A medio descenso, encontramos un atisbo de viejo sendero, seguimos por él unos metros hasta que se desvanece de nuevo su traza.


Poco a poco, vamos saliendo a terreno más abierto, de nuevo con buenas vistas sobre el valle y el imponente Humión que nos vigila desde enfrente. El último tramo hasta los prados tenemos que hacerlo sorteando arbustos, algo de maleza y surcos. Sin demasiadas dificultades, vamos poco a poco alcanzando el llano y el camino.


Solo nos queda deshacer el tramo ya recorrido hasta la carretera y el punto donde dejamos el coche. Finalizamos esta interesante excursión otoñal.

Peña La Encina.


HAYEDO DE LA VERDINA
Espacio natural
Montes Obarenes / Montes de la Verdina.
Dificultad
Alta. Aunque no hay dificultades técnicas reseñables, la excursión transcurre en gran parte por el interior del bosque sin indicación alguna y en parte por terreno abrupto.
Tipo de camino
Camino forestal en el llano, terreno libre por el interior del bosque. PR en parte superior del hayedo hasta el collado de la Planadilla.
Ciclable
No.
Agua potable
Podremos encontrar en invierno y primavera en los arroyos que vamos encontrando.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Muy difícil. Llevar GPS.
Época recomendable
Sin ninguna duda la época mejor será el otoño.
Inicio
Cruce en la carretera de acceso a Cubilla de la Sierra.
Distancia de Burgos
81,7 kilómetros.
Tiempo total
Unas 3 horas.
Tiempos de marcha
Punto de salida-Collado de la Planadilla: 1 hora 30 minutos; Collado de la Planadilla-Punto de salida: 1 hora 20 minutos.
Distancia total
8 kilómetros.
Interés
Paisajes de los Obarenes, hayedo de la Verdina, portillo o collado de la Planadilla, vistas sobre la Bureba y las peñas Maya y Cantoña.
Altitud mínima
882 m.
Altitud máxima
1261 m.
Desnivel acumulado
544 m.
Mapas
1:50000: 0137 Miranda de Ebro; 0136 Oña.
1:25000: 0137-3 Santa Gadea del Cid; 136-4 Miraveche.


Notas:
- También se le llama a este bosque hayedo de Rivacote.
- La excursión no es compleja si se lleva GPS. Transcurre en gran parte por el interior del bosque donde no hay señalización. La orientación no es sencilla.
- Es posible iniciar la excursión desde la localidad de La Molina del Portillo de Busto. Para ello hay que tomar el Camino de Cubilla que sale a la salida del pueblo a mano derecha. En unos tres kilómetros, esta pista enlaza con la que traíamos desde Cubilla y ya hemos descrito.
- El recorrido por el interior del hayedo es bastante limpio y fácil pues el suelo está despejado y la pendiente no es excesiva. Sólamente barranco arriba, deberemos superar algunos repechos y obstáculos rocosos para enlazar con el PR.


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Mapa topográfico



Perfil de elevación



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