sábado, 9 de junio de 2018

Montes de Samo: La cascada de la Salceda

Los Montes de Samo se ubican en el norte burgalés y separan el Valle de Sotoscueva por el sur del pasiego de Trueba, ya en el límite con Cantabria, por el norte. De altitudes modestas, sí presentan grandes desniveles sobre los valles. En esta primera aproximación, no visitamos sus atractivas cumbres. Partiendo de su vertiente sur, desde el pueblo de Quisicedo, nos ascenderemos por uno de sus barrancos, para visitar la escondida y magnífica cascada de la Salceda, una gran desconocida entre todas las burgalesas.


Montes de Samo
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Los Montes de Samo, también llamados Montes de Guzmántaro, son una alineación que se extiende de E a O. separando el Valle de Sotoscueva en el sur, del valle pasiego de Trueba, en el norte. Por el oeste desciende progresivamente sobre el Puerto de la Magdalena, en Cantabria y por el este pierde altitud en las postimerías de Espinosa de los Monteros. De cumbres modestas y redondeadas, alcanza su máxima cota en el pico Nevero del Polluelo (1514 metros). Su cresta es accesible desde todas sus vertientes, algunas de ellas, solo tras largos recorridos. Desde sus cumbres se disfrutan de magníficas panorámicas sobre las montañas de Castro Valnera y los valles pasiegos.

Montes de Samo
Cumbres más destacadas

Montaña  Altitud* 
m
  Prominencia 
m
Nevero del Polluelo*
1514
361
Cotero
1501
226
La Churra
1498
72 
Crespas
1422
73
Matas del Pardo**
1415
131
Marruya
1395
51
Zurruzuela
1374
18
Carrascosa
1359
22
Otero Mayor
1200
243

*También escrito Nevero del Poyuelo.
**También llamado Motas del Pardo.

Para visitar la cascada de la Salceda, ubicada en su vertiente sur, partiremos desde la población de Quisicedo, situada en el Valle de Sotoscueva, muy cerca del más conocido Ojo Guareña.

Quisicedo
Quisicedo, a los pies de los Montes de Samo.
Iglesia de Santiago Apóstol.
Saldremos de Burgos por la carretera de Aguilar para desviarnos en Ubierna hacia el Puerto del Escudo. Tras pasar los cañones del Ebro y el Puerto de Carrales, continuamos por Soncillo y Pedrosa de Valdeporres hasta llegar a Quisicedo, no muy lejos de Espinosa de los Monteros. El pueblo se extiende a lo largo de la carretera. A mano izquierda, junto al bar, dejaremos el coche para emprender la marcha hacia el corazón de la sierra buscando la cascada.

Dejamos las casas de Quisicedo atrás.
Aunque el sendero está señalizado, la salida desde el pueblo no es evidente. Las vías del ferrocarril atraviesan la localidad. Siguiendo la señalización, que parte de cerca de la iglesia, iniciamos saliendo del pueblo primero por un pinar para, tras cruzar la vía, continuar por una amplia pista entre robles y hayas que sube hacia la ladera.


La pista, en un principio bastante embarrada, asciende suavemente y sigue la dirección del arroyo de San Miguel, que queda a nuestra derecha abajo. Si no nos separamos de ella, llegaremos hasta la cascada. En unos quince minutos, llegaremos a una bifurcación. Tomamos  tomando el camino de la derecha, el más cercano al arroyo.


Poco a poco, la pista se va estrechando y acercándose cada vez más al nivel del arroyo, entrando en poco en el hayedo. La pendiente se agudiza un poco y las aguas del arroyo bajan cada vez más impetuosas, estamos llegando a su cabecera.

Barranco arriba el camino se va estrechando y convirtiendo en sendero de montaña.
Llegado a un punto, visualizamos a lo lejos arriba la cabecera del barranco y podemos atisbar sobresaliendo entre los árboles ya la cascada. Hasta allí deberemos subir. Desde donde estamos nos da la impresión de tener un acceso complicado porque no vemos caminos y solo vegetación.

Atisbamos la cascada arriba asomándose entre los árboles del bosque.
Llegaremos a un bonito paraje donde las aguas del arroyo se descuelgan en sucesivos saltos entre las rocas. En este punto, el sendero parece desaparecer. Efectivamente, hay una señal que indica que hay cruzar el río por la derecha.


El arroyo baja con mucho caudal y parece harto complicado vadearlo saltando entre las piedras. Finalmente, tras algunos intentos, conseguimos atravesar el arroyo gracias a un tronco caído, que a modo de puente, nos ayuda a vadear el río, que lleva una fuerte corriente. Continuamos por la otra orilla.

Saltos de agua en la cabecera del arroyo de San Miguel.
Ya en la otra orilla, continua el sendero y hay que estar atentos a las señales para no perder el camino. Antes de llegar a la cascada, debemos superar un fuerte desnivel. En algunos puntos, se han habilitado escalones de troncos para ayudar a salvar algunos terraplenes. Además, el terreno se haya resbaladizo en algunos sitios.


Lo que nos queda ya no es mucho, ganamos altura siguiendo el sendero, que serpentea entre los árboles.. Llegamos por fin hasta el extremo superior del barranco. Ya desde lejos, oímos el fuerte estruendo del agua al caer. Pasamos una curva y entre los árboles, visualizamos ya la magnífica cascada de la Salceda, imponente.


El salto es grandioso. De gran amplitud, la cascada esta formada por sucesivos graderíos al final de los cuales ha excavado una gran cubeta sobre la roca. Se trata de uno de los saltos de agua de más caudal de la provincia de Burgos y al mismo tiempo, una de las cascadas menos visitados por la dificultad de acceso.


La última subida ha sido trepidante y hay una gran humedad en el ambiente. Así pues, sentados sobre una roca y junto a la cascada, descansamos, nos quitamos el sudor y nos recreamos con la magia del lugar.

Video


Nos hallamos muy alejados del pueblo, en lo más profundo del bosque. La cascada, con su fuerte estruendo, parece ser la dueña de todo el entorno.


Nuestro plan inicial era intentar subir desde aquí hasta la cresta de la sierra para llegar a su cima más alta, el pico Nevero del Polluelo. Desde el entorno de la cascada, buscamos algún saliente que nos permita subir y acceder al espolón que nos suba hasta la cresta. Pero el bosque se presenta muy cerrado y las pendientes son muy elevadas. Cualquier intentona de ascender entre los árboles parece difícil. Emprendemos el regreso a Quisicedo y dejamos el recorrido de la cresta para otra ocasión.


Pero volveremos a Quisicedo no por el mismo itinerario, que ha sido siguiendo la orilla del arroyo San Miguel, sino ascendiendo primero y descendiendo por el largo espolón que limita el barranco por su lado occidental. Desandamos primero desde la cascada unos metros y cruzamos el río por un puente de madera.

Muy cerca de la cascada, atravesamos el arroyo por un puente de madera.
En la otra orilla emprendemos al ascenso por una amplia y cómoda pista. Tras una curva, podemos ver la cascada desde arriba. Seguimos. Ganamos altura con rapidez.

Camino de regreso a Quisicedo, por la parte alta del arroyo.
Poco a poco, el camino va girando hacia la izquierda y dirigiéndose hacia el sur, siguiendo. El barranco y arroyo de San Miguel quedan ahora a nuestra izquierda muy abajo. Al caminar ahora por terreno despejado, podemos ver por primera vez la cresta de la sierra, a nuestra espaldas. Observamos que sus cimas aún mantienen algo de nieve a primeros de mayo. Cualquier intento de acceder desde aquí subiendo por las barranqueras y vaguadas  que caen desde la cuerda, parece complicado. No se ven caminos ni senderos y el terreno parece difícil.


Continuamos hacia el sur por esta cómoda pista, señalizada, que se dirige sin defección hacia el valle, donde se encuentra Quisicedo.

Las cumbre aún nevadas de los Montes de Samo, quedan a nuestras espaldas.
La vista que tenemos delante, es la sucesión de cimas de los Montes de Sotoscueva, que forman una curiosa sucesión de peñas y valles.



El camino a Quisicedo es largo, pero cómodo.


El barranco de San Miguel, por donde hemos subido, queda muy por debajo y completamente tapado por la vegetación. Perdemos altura con lentitud camino del llano.

Descendiendo hacia Quisicedo. Al fondo, Sotoscueva.
Poco a poco vamos llegando al valle. Tras pasar la bifurcación, poco más adelante entramos en Quisicedo, origen de la nuestra ruta.

Entramos de nuevo en Quisicedo.


MONTES DE SAMO Y LA CASCADA DE LA SALCEDA
Espacio natural
Montes de Samo, en las Merindades.
Dificultad
Media, por transcurrir a ratos por terreno agreste subiendo por el bosque.
Tipo de camino
Pistas forestales y senderos de montaña.
Ciclable
No.
Agua potable
Encontraremos en Quisicedo y en el arroyo de San Miguel.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Sencilla, está señalizado todo el recorrido desde Quisicedo.
Época recomendable
En primavera, durante el deshielo.
Inicio
Quisicedo.
Distancia de Burgos
108 kilómetros.
Tiempo total
3 horas 10 minutos.
Tiempos de marcha
Quisicedo-cascada: 1 hora 25 minutos; Cascada-Quisicedo: 1 hora 25 minutos.
Distancia total
9,9 kilómetros.
Interés
Montes de Samo, panorámicas sobre Sotoscueva, cascada de la Salceda, hayedos.
Altitud mínima
715 m.
Altitud máxima
1039 m.
Desnivel acumulado
459 m
Mapas
1:50000: 0084 Espinosa de los Monteros.
1:25000: 0084-1 Espinosa de los Monteros.
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Notas:
- Aunque está señalizado el camino desde Quisicedo hasta la misma cascada, hay que prestar atención a las señales, sobre todo arroyo arriba en que a veces parecen desaparecer.
- En época de deshielo, el arroyo puede bajar muy crecido y ser dificultoso cruzarlo.
- Huelga decir que la época de máximo esplendor de la cascada es durante el desnieve de las cumbres, lo cual se produce entre finales de abril y mayo.
- Myy cerca de Quisicedo se encuentra Espinosa de los Monteros, localidad que bien merece una visita.
- Si queremos visitar más cascadas, desde Espinosa, podemos acercarnos al valle del Trueba, donde se halla la cascada de Guarguero. Si bajamos por el puerto, tras un par de curvas, ya en Cantabria, descubriremos la espectacular cascada de Yera.

Cascada de Yera.
Cascada de Guarguero.




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Mapa topográfico


Perfil de elevación

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