martes, 9 de junio de 2020

Castillo de Petralata desde Soto de Bureba

En esta excursión combinaremos la visita a una interesante montaña con la historia y la arqueología. Desde el pueblo burebano de Soto de Bureba, ascenderemos al pico Castillo de Petralata, en los Montes Obarenes. El nombre no es circunstancial, ya que en su cima, un auténtico nido de águilas, se tiene constancia que se ubicó la antigua fortaleza medieval de Petralata, que jugó un importante papel en los primeros tiempos de la Reconquista.


Montes Obarenes

Sector occidental de los Obarenes. En primer término, el Castillo de Petralata. Detrás, el Pan Perdido.

Emprenderemos la excursión desde el pueblo burebano de Soto de Bureba. Salimos de Burgos por la autopista AP-1 hacia Briviesca, donde abandonamos la autopista, continuando por la antigua N-1 hasta tomar la salida por la izquierda hacia Busto de Bureba. A la salida de esta localidad, tomaremos la N-232 en dirección a Oña. En apenas dos kilómetros, la abandonamos por la derecha tomando el ramal hacia Quintanilla Cabe Soto. Una vez atravesada esta pequeña localidad, seguimos por una pista, que en apenas trescientos metros, nos deja en el caserío de Soto de Bureba.

Nos acercamos a Soto de Bureba por una pista desde Quintanilla Cabe Soto. Al fondo, los Montes Obarenes.
No encontramos a nadie en esta pequeña localidad, compuesta de varias construcciones abandonadas o en ruina. No obstante la presencia de algunas casas restauradas, nos indica la estancia ocasional de algunos vecinos. Pero lo que más interesa de Soto de Bureba es su magnífica iglesia dedicada a San Andrés, uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica burebana. En el templo destaca su espléndida portada y ábside. Hablaremos más abajo de este templo que será un magnífico colofón a la excursión.

Soto de Bureba.
Precisamente junto a la fachada de la casa ubicada junto al templo, cerrada a cal y canto, dejaremos el coche y nos preparamos para emprender la excursión de hoy.

Una ancha pista se dirige desde Soto de Bureba hasta la base de los Obarenes.
La aproximación a la sierra, se producirá siguiendo la amplia pista por la que hemos venido desde Quintanilla Cabe Soto y continúa hasta la base de la sierra. Salimos por ella.

Caminamos con comodidad por la pista, aproximándonos a la ladera entre trigales.
Los Montes Obarenes se muestran frente a nosotros con majestuosidad cerrando todo el horizonte por el norte. Esta sierra, conforma una fenomenal barrera montañosa que separa el norte de la Bureba del sur de las Merindades. Esta alineación montañosa puede considerarse la última estribación por el sur de la Cordillera Cantábrica.

El Pan Perdido destaca sobre el resto de cumbres en este sector de los Obarenes.
Los Montes Obarenes son aún un gran desconocido para senderistas y montañeros. Pese a su modesta altitud (no sobrepasa en ningún punto los 1500 metros) presenta interesantes cumbres y recorridos por sus recortadas crestas además de frondosos bosques en su ladera norte.

Llegamos a la base de la sierra e iniciamos el ascenso.
Por la pista nos vamos acercando rápidamente a la base de la ladera. De hecho hubiéramos podido aproximarnos aún más con el coche, pero este recorrido inicial a pie nos sirve para "aclimatarnos" antes de emprender las rampas que nos esperan. En cualquier caso este recorrido es cómodo y placentero.

Subimos a la cresta siguiendo estrechos senderos con pendiente moderada.
Destaca a nuestra izquierda la molde agreste del Pan Perdido (1235 metros), la cumbre más significativa del sector sur de los Obarenes elevándose 400 metros sobre los llanos de la Bureba. Inmediatamente a su derecha y separada de él por un collado, se ubica el conjunto de riscos que compone el Castillo de Petralata y su vecina cima del pico Custodio o El Castillo.


En algo menos de dos kilómetros, llegaremos por fin a un destacado cruce justo en la base de la ladera. Tomaremos el lado derecho, siguiendo la señalización. Entramos en el bosque y ascendemos por un sendero que gana altura entre los árboles describiendo un par de curvas cerradas. Subida cómoda en general.

Entrante de roca que da acceso al Collado de las Cabras.
Pronto, alcanzaremos la cresta de la sierra, abordando un pequeño paso rocoso señalizado con una pequeña señal. Es el Collado de las Cabras (1125 metros), ubicado entre el Pan Perdido y el Castillo de Petralata.

Ladera que sube al Pan Perdido, vista desde el Collado de las Cabras
A nuestra izquierda tenemos la empinada ladera que sube hasta la cima del Pan Perdido. A la derecha, el roquedo donde se ubica nuestro destino. El Castillo de Petralata no destaca en absoluto, ya que su punto culminante, donde se halla la cima y como comprobaremos más tarde, no es de ningún modo evidente.

Hacia el este visualizamos el Castillo de Petralata
Continuamos hacia el este, camino del Castillo. En un primer momento bordeamos por la izquierda un roquedo y descendemos ya por la vertiente sur por terreno herboso e indefinido hasta encontrar una trocha. A media ladera, alcanzamos la base del roquedo dejando el collado atrás. A nuestra derecha, visualizamos trochas de montaña que por terreno difícil, suben buscando pasillos entre las rocas hacia la cresta. Desde donde estamos, las cimas nos parecen inaccesibles y no tenemos idea de cuál es el Castillo de Petralata, nuestro destino final.

Desde una altura cercana al castillo, obtenemos esta bonita foto de la cresta hacia el oeste.
Tras un par de ataques o intentos infructuosos por empinados pasos de roca, seguimos manteniéndonos a media ladera. Encontramos una trocha que parece más consistente. Por ella, llegaremos hasta una destacada vaguada por la derecha que parece alcanzar un collado o entrante entre la barrera rocosa arriba. Subimos por ella sin grandes dificultades y nos plantamos de nuevo en la cresta, ya sobre la vertiente sur de la sierra.

Vaguada por la que subimos a la cresta en las proximidades del castillo.
La senda continúa aún girando hacia el oeste y remonta una vaguada herbosa, penetrando finalmente por una canal flanqueada entre paredes verticales. En esta subida, podemos ver a nuestra derecha arriba, sobre el roquedo, el buzón que indica la cima del Castillo de Petralata.

Canal de acceso al Castillo de Petralata.
Vistas aéreas desde la cima.
Superamos esta canal y nos plantamos sobre una balconada herbosa, junto a un destacado espolón rocoso y asomada sobre la vertiente norte.

La parte inferior de la cumbre es un pequeño balcón asomado al norte. Aquí se halló supuestamente el sector principal del Castillo de Petralata. Hoy apenas queda ningún vestigio.
Supuestamente es sobre este balcón donde se ubicó la parte principal del Castillo medieval de Petralata. Se trata de un auténtico nido de águilas. Hoy no es más que un reducido espacio rodeado de riscos donde no quedan apenas ningún vestigio. La vertiente sur queda oculta por una muralla rocosa, en cuya base descubrimos un gran agujero de aspecto artificial Es evidente que se trata del aljibe del antiguo castillo.

Aljibe.
Escalones tallados en la roca.
Pero la cumbre o punto más alto se sitúa justo en la vertical de este aljibe. Desde donde estamos, no distinguimos ningún hito o buzón. Tal como nos habíamos documentado, precisamente junto al aljibe, se ubica el paso clave para llegar a la cima: escondido entre la hierba encontramos unos escalones tallados. Con un poco de cuidado y afianzándonos con las manos, subimos por ellos hasta lo alto de la pared roca y muy afilada. El buzón sigue sin verse no obstante.

Vista hacia el noroeste. Al fondo, el pueblo de Barcina de los Montes.
Tenemos ya vista sobre las dos vertientes norte y sur y el patio es considerable. No es peligroso pero hay que moverse con precaución.

Curiosa roca sobre la vertiente norte con forma de as de bastos.
Hacia el este, a unos quince metros, la cresta donde nos encontramos se prolonga hasta su punto más alto donde parece hacer un curioso paso de roca.


Extremando la precaución, nos descolgamos por el lado norte para por él, alcanzar este pasillo entre dos grandes losas. A la derecha de ella, aparece repentinamente el buzón y placa que indica que hemos llegado a la cima del Castillo de Petralata (1208 metros).


Buzón del Castillo de Petralata (1208 metros).
Vista de la sierra hacia el oeste. A la izquierda, la Bureba, a la derecha, las Merindades, al fondo, el Pan Perdido.
Excepcional ubicación, cuesta creer que aquí pudo estar ubicada la torre superior de vigilancia como se ha documentado. El espacio es mínimo y hay patio por los cuatro costados.

El Castillo de Petralata visto desde el pico Custodio. La cumbre es la pared central de la foto.
No debió ser fácil moverse por estas alturas con seguridad. Hoy no queda nada, ni vestigio alguno que indique que aquí huno una construcción. Excepcionales panorámicas sobre la sierra en ambos lados este y oeste.

Vista hacia el este. la sierra continúa enriscándose hacia el Custodio y el Carrascal camino del Portillo de Busto.
Pero la cima no es cómoda, es estrecha y debemos prestar mucha atención a no dar un paso en falso.


Video desde la cima del Castillo de Petralata



Después de hacer algunas fotos, retornamos por el pasillo aéreo hasta alcanzar de nuevo la escalera tallada y llegar de nuevo al "patio" del castillo, donde nos encontramos más confortables.

De nuevo en el balcón herboso, descansamos en él.
Es éste el lugar perfecto e indicado para descansar, relajarse, disfrutar del paisaje. Aunque el suelo está tapizado de espesa vegetación encontramos fácilmente fragmentos de teja roja, señal definitiva de que aquí hubo una construcción que no pudo ser otra que una fortaleza de vigilancia.

Fragmentos de teja de "terra sigilata"



El castillo de Petralata


En su origen podría haber sido una construcción tardorromana de los siglos IV o V y de esa época podría ser, también, su aljibe y la escalera de acceso, conjunto que en la Alta Edad Media se habría completado con una torre de vigilancia y otras dependencias. Fueron los cronistas musulmanes los que se refieren a él por primera vez, cuando en 934 atacaron la "fortaleza de Oña", su llano y el monasterio. El castillo de Petralata aparece en la documentación medieval en 1040 en la carta de arras del conde García Sánchez III de Pamplona y posiblemente por aquel entonces pertenecía aún al reino navarro. Más tarde, Ramiro I de Aragón lo dona al monasterio de San Salvador de Oña, pero pierde eficacia militar ante Frías.


Foto y texto extraídos del libro "Burgos Castillos y Fortalezas"

Tuvo protagonismo durante los conflictos fronterizos entre Navarra y Castilla, donde pudo haber servido de frontera junto con las fortalezas de Tedeja (Trespaderne) y Pancorbo. Tras la batalla de Atapuerca (1054) pasó a Castilla definitivamente y ya desde el siglo XII, perdió importancia hasta desaparecer casi por completo cualquier resto o mención a él, sumiéndose su paradero en el más absoluto misterio, aún no del todo esclarecido.


Habiendo descansado y disfrutado del lugar, muy evocador, iniciamos el retorno. No hay alternativas viables para descender al llano y volver a Soto de Bureba que no sean por el mismo itinerario. La ladera sur de los Obarenes caen en picado en este sector y no son muchas las opciones por las que acceder a la cresta. Si tenemos tiempo y ganas, una posible alternativa sería continuar siguiendo la cuerda de la sierra hasta el Puerto del Busto, visitando por el camino el Castillo o pico Custodio (1218 metros), el hayedo norte y el Carrascal (1140 metros) (ver entrada Pan Perdido).

Retorno a Soto de Bureba.

Pero si no disponemos de un segundo vehículo de apoyo sobre el puerto, el retorno hasta Soto de Bureba es una ardua caminata que sobre todo en época calurosa no es recomendable.


Si tenemos tiempo y no conocemos el Pan Perdido, entonces es una magnífica alternativa visitar esta fácil cima. Desde el collado de las Cabras solo debemos remontar los escasos 120 metros de desnivel que nos separa de la cumbre.

Cumbre del Pan Perdido (1235 metros).
Es una opción muy recomendable y sencilla.

El Pan Perdido visto desde Soto de Bureba.
De igual manera, el retorno desde el Pan Perdido a Soto de Bureba debe realizarse de nuevo retornando al collado de las Cabras.

Iglesia de San Andrés en Soto de Bureba.

CASTILLO DE PETRALATA DESDE SOTO DE BUREBA
Espacio natural
Montes Obarenes, Bureba Norte.
Dificultad
Media-alta. Ésta residirá en la dificultad en moverse por terreno muy agreste e inclinado así como en el acceso al roquedo donde se halla cima.
Tipo de camino
Pistas en el llano, terreno libre y trochas de montaña en la sierra.
Ciclable
No.
Agua potable
No encontraremos en todo el recorrido y tampoco en Soto de Bureba. Atención si visitamos esta cumbre en un día caluroso de verano.
Tipo de marcha
Ida y vuelta.
Orientación
El recorrido está señalizado hasta el collado porque forma parte del camino al Pan Perdido. Las sendas que nos llevarán a lo alto del Castillo de Petralata no son nada evidentes.
Época recomendable
Cualquier época excepto los meses calurosos de verano. Evitar también los días muy fríos de invierno en que pudiéramos encontrar neveros e incluso hielo en las zonas más sombrías del entorno de la cumbre.
Inicio
Soto de Bureba.
Distancia de Burgos
67,7 kilómetros.
Tiempo total
Unas 3 horas.
Tiempos de marcha
Soto de Bureba-Castillo de Petralata: 2 horas; Castillo de Petralata-Soto de Bureba: 1 hora.
Distancia total
6,7 kilómetros.
Interés
Cima del Castillo de Petralata, vistas sobre la Bureba y sur de las Merindades, iglesia románica de Soto de Bureba.
Altitud mínima
747 m.
Altitud máxima
1207 m.
Desnivel acumulado
465 m.
Mapas
1:50000: 0136 Oña.
1:25000: 0136-4 Miraveche.









Notas:
- Pese a su corta longitud, la excursión no es sencilla por varios motivos: el ascenso final a lo alto del Castillo de Petralata no es evidente es fácil extraviarse. El acceso final a la cima es bastante expuesto. No se debe intentar si no se está habituado a caminar por este tipo de terreno.
- En esta excursión hemos partido desde el mismo pueblo de Soto de Bureba, pero como se ha comentado, es posible continuar por la pista hasta prácticamente la base de la ladera, lo cual ahorra unos tres kilómetros de aproximación entre ida y vuelta.
- La iglesia de Soto de Bureba es uno de los mejores ejemplos de románico burebano. especialmente interesante es la portada, los canecillos del alero y el ábside. Para visitar el interior hay que encontrar algún vecino que pueda tener las llaves (algo complicado por estar el pueblo la mayor parte del tiempo deshabitado).



Iglesia de San Andrés de Soto de Bureba


El templo de Soto de Bureba es una extraordinaria muestra del románico rural. Su esbelto ábside, con los contrafuertes formados por haces de columnas, posee un hermoso ventanal e interesantes canecillos. Sobre el crucero se yergue una torre, construida modernamente después de derrumbarse la primitiva espadaña. Para acceso hasta las troneras existe un husillo cilíndrico dentro del cual se esconden las escaleras, La puerta abierta en la fachada del mediodía, es considerada como una de las piezas más excelsas del románico burgalés. Consta de tres archivoltas engalanadas con múltiples figuras humanas y de animales. Como apoyos se dispusieron seis columnas con algunos de sus fustes ornados con entrelazos. Un arco escarzano forma el vano de entrada, con los signos del zodiaco marcados en sus dovelas. Aparte, en una inscripción quedó marcado el nombre de sus autores, Pedro Ega y Juan Miguélez y la fecha de realización, año 1176, con lo cual se incrementa el valor de la obra. En el muro del hastial existe un magnífico óculo de vano tetralobulado.









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