domingo, 5 de septiembre de 2021

Alto de Tesla desde el Castillo de Tedeja

Nueva excursión por la siempre atractiva Sierra de la Tesla. Dentro de su cuerda norte, visitamos uno de sus parajes más interesantes que puede sorprender a muchos. Partiendo del castillo de Tedeja, cerca de Trespaderne, descendemos hacia Mijangos a través de bosques visitando las ruinas recuperadas de la iglesia visigótica de Santa María. Desde Mijangos, ascendemos por un empinado barranco hasta el Alto de la Tesla. Siguiendo la cresta y disfrutando de inmejorables paisajes, retornamos a Tedeja descendiendo por un vertiginosa senda hacia la fortaleza.


Castillo de Tedejaf

Existen varias maneras de enfocar esta excursión. Lo más normal sería partir de la localidad de Mijangos, en la ladera norte de la sierra, pero optamos por un comienzo más atractivo: salir desde las inmediaciones del antiquísimo castillo de Tedeja. Esta fortaleza, desaparecida durante siglos y recuperada no hace muchos años, se emplaza en un espectacular paraje de la Sierra de la Tesla. Podríamos subir al Alto de Tesla directamente desde el castillo, pero el terreno es muy agreste en este sector y no estamos seguros de la viabilidad de los senderos. Preferimos entonces descender en un primer lugar hasta el llano para acercarnos hasta Mijangos, desde donde emprenderemos la ascensión. Todo el trayecto es muy visual y variado.

Bajamos caminando por la carretera de acceso al castillo.
Para llegar al castillo de Tedeja, debemos acercarnos hasta Trespaderne. La vía más corta  desde Burgos es a través de la AP-1 para salir en Briviesca hacia Oña, Una vez pasada esta localidad, atravesamos el desfiladero de la Horadada hacia Trespaderne. Pero antes de entrar en el pueblo, nos desviamos por la izquierda hacia el castillo (está señalizado). En menos de un kilómetro, a la altura de un gran silo, aparece el desvío que asciende hasta los restos de la fortaleza, ubicada en un auténtico nido de águilas. La vía de subida es estrecha y en algunos tramos, con fuerte pendiente, siendo siempre muy segura. Justo en la base de la plataforma superior del monte, donde se halla el castillo, hay una pequeña explanada habilitada para aparcar los coches y subir andando hasta los restos. Con una espesa niebla a primera hora de la mañana, dejamos el coche y nos disponemos para salir.

Junto a un silo, tomamos el camino por la izquierda que se dirige hacia Mijangos.
En primer lugar, debemos descender por el carreteril que acabamos de subir hasta el llano. Esto no nos lleva más de diez minutos. Antes de llegar a la carretera, salimos por la izquierda incorporándonos a una amplia pista que será la que se dirija a Mijangos. Esta pista con más o menos variaciones discurre por el interior del bosque en paralelo a la línea de la sierra. La niebla es persistente.

Gran parte del recorrido por el llano se produce por pistas forestales.
Avanzamos por pistas forestales dentro del pinar. Aunque hay señalización, no debemos confiarnos y es muy recomendable llevar el GPS porque son abundantes las salidas que  van apareciéndonos y nos pueden hacer dudar.


El camino forestal, sigue la linde de campos de cultivo segados (estamos a final del verano). Atravesamos solitarios parajes. Poco a poco, vamos dejamos el bosque atrás y salimos a campo abierto. En algunos puntos, el camino parece desaparecer y tenemos que superar algunas lindes, sin mayores consecuencias. Un par de kilómetros antes de llegar a Mijangos, sabemos que se hallan los restos arqueológicos recuperados de la antiquísima iglesia de Santa María de Mijangos. Se trata de un templo con origen visigótico, cuyos restos  han sido recuperados en los últimos años. El lugar está señalizado y desviándonos unos doscientos metros de la pista que lleva a Mijangos, nos acercamos al emplazamiento donde se hallan los restos.

El desvío a las ruinas de Santa María de Mijangos está señalizado.


Santa María de Mijangos


                  


Una vez visitados los restos, muy interesantes, retornamos a la pista y continuamos. Poco más adelante, desembocamos en la carretera, ya a la vista de las casas de Mijangos y cubrimos el corto trayecto que nos separa por el asfalto.

Cubrimos un corto trayecto por carretera antes de llegar a Mijangos.
La localidad de Mijangos se compone de una calle principal que sube hacia la ladera de la Tesla. Podemos encontrar un buen conjunto de construcciones de arquitectura tradicional. Podemos aprovisionarnos de agua en la bonita fuente junto a la iglesia. Subimos por la calle y salimos por su extremo siguiendo un camino que sube hacia la caseta de aguas.


Mijangos



Este camino asciende con decisión hacia un barranco y dejamos definitivamente Mijangos atrás. El día ja despejado, la niebla por fin se ha desvanecido y podemos ya disfrutar del paisaje.

Dejamos las últimas casas de Mijangos atrás y comenzamos a subir.
Poco a poco vamos ganando altitud por este sendero, en un principio con suavidad. Nos internamos en el bosque, avanzamos bajo cubierta vegetal. El camino se va estrechando, aunque siempre avanzamos con cierta comodidad.

La niebla por fin ha levantado e iniciamos el ascenso a la Tesla por un barranco.
Unos 25 minutos después de haber abandonado Mijangos, a una altura de 900 metros, alcanzamos un claro en el bosque donde sale un sendero hacia la izquierda.

El camino por el interior del barranco desaparece y tenemos que seguir el cauce seco del arroyo.
Nos desviamos, subimos por una estrecha trocha y alcanzamos fácilmente la base de la roca donde descubrimos la Cueva de las Siete Camarillas, una gran oquedad con signos de ser visitada a menudo. Nos abstenemos de penetrar y volvemos al camino principal.

Boca de entrada a la cueva de las Siete Camarillas.
Continuamos ladera arriba. Desde aquí, el sendero se estrecha aún más y tenemos que seguir el cauce seco y agrietado del arroyo seco.

En la parte superior del barranco, cerca de la cresta, desaparece la traza del sendero.
Estamos próximos a la cabecera del barranco. Contemplamos los verticales farallones rocosos que lo flanquean. El suelo es cada vez más pedregoso y la pendiente se agudiza. Pero queda poco para alcanzar la cresta.


El camino que traíamos se difumina entre la vegetación y es difícil distinguir cualquier traza de trocha o senda. Tenemos que seguir buscando pasillos entre la vegetación. Afortunadamente estamos ya próximos a la cresta de la sierra y no es demasiado difícil atravesar estas pantallas vegetales. El último tramo lo superamos subiendo por la ladera entre escobas y aulagas, con cierta pendiente.


Hacia atrás contemplamos la gran llanada sur de las Merindades, entre Villarcayo y Medina de Pomar, unos 400 metros más abajo de donde estamos. Cubrimos el último tramo de ladera hasta plantarnos por fin sobre la cuerda de la sierra.

En este sector, la cresta de la Tesla es amplia y es muy cómodo caminar.
La cresta es amplia, cómoda. Las vistas se extienden sobre todo hacia el NO. La Sierra de la Tesla es un gran anticlinal vaciado compuesto de dos grandes alineaciones paralelas entre las cuales se formó un profundo valle colgado. Magníficos paisajes.

Nos asomamos al valle interior de la Sierra de la Tesla.
Hacia la otra vertiente, la S.-SE. se halla el valle donde se encuentran los dos Tartalés. Nuestro plan es avanzar hacia el Alto de Tesla por lo que continuamos en dirección SE.

Hacia el Alto de Tesla.
Tras los esfuerzos de la subida, es muy agradable caminar por terreno bastante llano. Seguimos el borde derecha de la cuerda, que cae en picado sobre el valle. Una manada de caballos nos observa con curiosidad, son pocos los que pasan por estos parajes. Alcanzamos fácilmente el Alto de Tesla (1168 metros) que es la cota a mayor altitud en este sector. Buzón montañero y espectaculares panorámicas en todas las direcciones.


Es un buen sitio para parar, descansar y comer algo. Disfrutamos del paisaje.

Vista hacia el NO. desde el Alto de Tesla
Desde donde estamos, hacia el NE., la cuerda inicia un progresivo descenso hacia el Cañón de la Horadada, que ya vamos atisbando. Poco a poco se va enriscando el borde. Por la izquierda la ladera va ganando pendiente, la cresta se va estrechando y la vegetación sube desde el valle.

Al fondo se atisba el desfiladero de la Horadada.
Iniciamos esta travesía final hacia nuestro punto de inicio, que es el castillo de Tedeja.

Podemos ver Tartalés de Cilla abajo en el valle, muy cerca ya de la Horadada.
La cresta se afila cada vez más y tenemos que descolgarnos unos metros hacia la izquierda para salvar los pasos más complicados. Poco a poco vamos apartándonos del borde rocoso, continuamos siguiendo una senda que parece mantenerse incólume abriéndose paso.


Este camino se va sumergiendo en el bosque de nuevo. Más adelante, contemplamos por última vez el valle y el pueblo de Tartalés de Cilla abajo para desviarnos definitivamente de la cresta.

El sendero inicia un pronunciado descenso abriéndose paso entre la vegetación.
Emprendemos el descenso por la ladera norte.


El sendero se empina y realiza varios curvas para aminorar la pendiente. Lentamente vamos perdiendo altura y nos vamos acercando a la carretera que sube hacia el castillo.

A media ladera, podemos ver el castillo de Tedeja y su espectacular emplazamiento.
Tras un par de giros, se nos presenta de pronto, frente a nosotros, la bonita imagen de la fortaleza que parece flotar sobre los llanos, a su izquierda, y el cañón de la Horadada, a su derecha. Nos damos cuenta de lo importancia estratégica que tuvo que poseer.

Continuamos bajando hacia la carretera de acceso siempre con la vista puesta sobre la fortaleza.
Seguimos bajando de cota avanzando por el interior del bosque y disfrutando de estas preciosas vistas sobre la fortaleza, cada vez más cercana.


En el último tramo antes de llegar al asfalto, el sendero desciende en vertical, desembocando en la carretera justo en la curva anterior adonde dejamos el coche. Una vez en ella, con cierto alivio por haber dejado el espeso monte atrás, solo tenemos que recorrer los escasos doscientos metros que nos separan del coche.

Cubrimos los últimos metros hasta el coche por el asfalto.
Si no hemos estado en el castillo de Tedeja, es obvio decir que, aunque estemos cansados, merece la pena visitar sus restos, hoy felizmente recuperados y rehabilitados (la restauración aún no ha terminado). Mientras paseemos por sus muros, disfrutando del espectacular mirador sobre la Horadada, hay que pensar que quizás estemos en el castillo más antiguo de la provincia de Burgos y quizás de la antigua Castilla. Algunos autores estiman que existía ya una torre vigía en el siglo V, origen del castillo, así pues puede incluso tener su origen en tiempos romanos.


El Castillo de Tedeja

Aunque las primeras citas documentales de esta fortaleza proceden de 790, los restos de una torre, muralla y puerta nada menos que del 450, dentro del Bajo Imperio Romano. El nombre de Tedeja procede de "Tetelia", con el significado de vigía. Es por esto que se considera que Tedeja fue el primer castillo de Castilla. Tras la invasión musulmana, se produce una primera etapa de edificación (o reedificación sobre los antiguos restos romanos) como parte de la defensa formada en los siglo VIII y IX por Pancorbo, Tedeja y Hocinos, y una segunda etapa de refortificación cuando formó parte de la frontera entre Navarra y Castilla, durante el siglo XI. En 1366, el rey Enrique II de Castilla cede sus derechos en el alfoz de Tedeja a Pedro González de Porras. El abandono militar de Tedeja pudo ser durante los siglos XIII y XIV al perder sentido mantenerlo como fortaleza defensiva y desembocar inexorablemente en su abandono y ruina.


Durante siglos el paradero de la antigua fortaleza fue desconocido perdiéndose toda memoria de su emplazamiento  hasta que a finales del siglo XX se hallaron sus vestigios engullidos por la vegetación en un cerro colgado de la Tesla y asomado sobre el desfiladero de la Horadada, a poca distancia de Trespaderne. Todavía en fase de recuperación, la muralla visible mide 175 metros y se aprecian cinco cubos.





Vista del Cañón de la Horadada desde la torre sur del castillo de Tedeja.



ALTO DE TESLA DESDE EL CASTILLO DE TEDEJA
Espacio natural
Sierra de la Tesla.
Dificultad
Alta. El recorrido es largo y transcurre a menudo por terreno agreste con fuertes pendientes. La ascensión desde Mijangos hasta el Alto de Tesla es exigente.
Tipo de camino
Pistas entre Tedeja y Mijangos. Senda de montaña entre Mijangos y la cuerda de la sierra. Terreno abierto por la cresta. Senda estrecha entre vegetación en el descenso a Tedeja.
Ciclable
Solo entre Tedeja y Mijangos.
Agua potable
Solo encontraremos en Mijangos.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Entre Tedeja y Mijangos está bien señalizado. El ascenso a la sierra es evidente por el barranco. El descenso a Tedeja se produce por un estrecho sendero señalizado con hitos pero puede ser difícil de seguir por la espesa vegetación.
Época recomendable
Todo el año. Atención con las nieblas, muy  frecuentes. En verano puede hacer mucho calor.
Inicio
Castillo de Tedeja.
Distancia de Burgos
68,7 kilómetros.
Tiempo total
5 horas.
Tiempos de marcha
Castillo de Tedeja-Mijangos: 1 hora 25 minutos (incl. visita a Santa María de Mijangos); Mijangos-Alto de Tesla: 1 hora 45 minutos; Alto de Tesla-Castillo de Tedeja: 1 hora 25 minutos.
Distancia total
15,8 kilómetros.
Interés
Castillo de Tedeja, ruinas de Santa María de Mijangos, arquitectura tradicional de Mijangos, cueva de las Siete Camarillas, paisajes desde la cresta de la Tesla.
Altitud mínima
544 m.
Altitud máxima
1164 m.
Desnivel acumulado
939 m
Mapas
1:50000: 0136 Oña.
1:25000: 0136-1 Trespaderne.


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Notas:
- El recorrido es largo, complejo y variado. Son muchos los desvíos y diferentes terrenos por los que transcurre, hay que prestar atención en todos ellos.
- Las dificultades que podemos encontrar son de orientación, especialmente en el trayecto por el bosque para llegar a Mijangos y en el descenso desde la cresta de la Tesla hacia el castillo de Tedeja. Este último sendero, discurre por terreno muy agreste con mucha vegetación y cualquier despiste puede complicar mucho el descenso. Conviene controlar la ruta con el GPS.
- El ascenso desde Mijangos a lo alto de la sierra por el barranco no reviste especiales dificultades, sólamente en su tramo final, ya próximo a la cresta, parece desaparecer y hay que subir por terreno libre.
- Se recomienda apartarse del camino unos doscientos metros para visitar los restos recuperados de la iglesia de Santa María de Mijangos, de origen visigótico.
- Si no se conocen, hay que visitar los restos recuperados del antiquísimo castillo de Tedeja, quizás el más antiguo de toda Castilla aún en pie. Su acceso en coche es sencillo por el carreteril asfaltado. Hay que dejar el coche en la última curva y caminar unos metros para llegar hasta los muros. Si damos la vuelta por las murallas, disfrutaremos de espectaculares vistas sobre la Horadada, la Tesla, los Obarenes y gran parte del sur de las Merindades.


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