miércoles, 1 de noviembre de 2023

De Cillaperlata a San Juan de la Hoz

Espléndida excursión por una zona poco frecuentada de las Merindades, muy cerca de Frías. Partiendo del pueblo de Cillaperlata, junto al río Ebro, nos acercamos a las ruinas del antiguo y muy importante monasterio medieval de San Juan de la Hoz, emplazado en un espectacular paraje. A continuación, remontamos la sierra hasta el despoblado de Valdenubla, cuyas ruinas son aún distinguibles. Retornamos por un sendero montaraz descendiendo al llano pasando por los restos del antiguo Barrio de Arriba. El último tramo hasta Cillaperlata lo cubriremos por un cómodo camino siguiendo la ribera del río Ebro.

Cillaperlataf

El punto de salida será la población de Cillaperlata, junto al Ebro, muy cerca de Trespaderne. Llegaremos saliendo por la A-1 hasta Briviesca, donde nos desviamos hacia Oña. Tras pasar la villa condal, continuamos atravesamos los desfiladeros del Oca y de la Horadada. Al final de este último y un par de kilómetros antes de llegar a Trespaderne, nos desviaremos por la derecha. En unos cuatro kilómetros llegamos a la población ribereña de Cillaperlata, junto al Ebro. Aparcamos el coche y nos preparamos para la marcha.

Plaza de Cillaperlata.
Las calles del pueblo están en proceso de reforma por eso encontramos varias sin asfaltar. Saldremos por la carretera deshaciendo algo menos de un kilómetro para salir de ella por la izquierda. Continuamos ahora por una amplia pista, muy evidente, que se dirige hacia el sur. El trayecto es muy ameno, tenemos frente a nosotros extensos cultivos y de fondo los farallones rocosos a cuyos pies se hallan los restos del antiguo monasterio de San Juan de la Hoz, de gran importancia en la Edad Media y parte de la Moderna.

Pista que se dirige hacia los restos del monasterio de San Juan de la Hoz.
En algo menos de un kilómetro, una señal nos indica el desvío hacia las ruinas. Tomamos el sendero forestal por la derecha y en apenas cinco minutos llegamos a un gran claro donde se hallan los restos del Monasterio de San Juan de la Hoz. El área ha sido limpiada y acondicionada para mostrar estas ruinas. Hace no muchos años, todo este espacio estaba invadido por la vegetación y era prácticamente imposible distinguir nada. Deambulamos por el entorno, observamos los muros, no es mucho lo que queda, y leemos los paneles informativos, muy interesantes, que nos hablan de la historia de este cenobio, que jugó un papel subsidiario del cercano monasterio de Oña.

Restos de San Juan de la Hoz

Los restos están muy cerca de la garganta de la Hoz, cuyos riscos veíamos mientras nos acercábamos. Desde las ruinas, tomamos un sendero, que se adentra en el bosque y se dirige hacia la entrada del desfiladero.


La garganta de la Hoz no se puede remontar sin equipación de escalada.
Penetramos lo que podemos a través un estrecho pasillo entre paredes verticales. Comprobamos que el avance es inaccesible. Volvemos a las ruinas de San Juan de la Hoz y tomamos otro camino, que se dirige ahora hacia el este, en busca de la necrópolis de Cillaperlata.


Solo tenemos que caminar unos doscientos metros para llegar a la necrópolis altomedieval de Cillaperlata. Se halla a la izquierda del camino. Se trata de un conjunto de unos 90 nichos distribuidos sobre una ladera, en el interior del bosque, que ha sido aclarado para su visita. Posiblemente se trate de la necrópolis más grande del norte de Burgos. Deambulamos entre los nichos, leemos el panel informativo, y retornamos de nuevo al monasterio. Desde allí, deshacemos el camino hasta la pista principal que procede de la carretera para continuar la excursión.

Necrópolis de Cillaperlata.
Nuestro siguiente objetivo es subir al monte de San Juan de la Hoz, para, a continuación, llegar por su ladera sur hasta el despoblado medieval de Valdenubla. Retornaremos por la otra vertiente, completando una muy interesante ruta circular. La pista se interna rápidamente en la ladera boscosa e inicia un vertiginoso ascenso siguiendo un estrecho sendero, sin descanso.

Camino de la Cuesta hacia el collado entre el Castro y el Alto Tozo.
El sendero se halla en buen estado, está limpio, y aunque algo fatigoso, ganamos altura con rapidez. La pista realiza un par de zigzags hasta ubicarse en la parte superior.


Las vistas sobre el valle donde se halla Cillaperlata y el Ebro son espectaculares.

Camino hacia Valdenubla.
Tras una ardua y larga subida, alcanzamos por fin el collado entre los mogotes del Castro y el Alto Tozo, ubicado a los pies del Castro. Se trata de una rocosa cumbre que se alza al norte del collado. Buen sitio para descansar y comer algo antes de continuar. El resto de la excursión será un cómodo y placentero descenso hacia el Ebro de retorno a Cillaperlata.

Vistas sobre los riscos de la Hoz en el camino hacia Valdenubla.
Continuamos. Descendemos por la vertiente occidental del collado hasta enlazar con la amplia pista que procede de la localidad de Villanueva de los Montes, distante algo más de un kilómetro al sur de donde estamos.


Continuamos por esta pista que no abandonaremos en unos cuantos kilómetros.


Poco a poco vamos avanzando por este camino, rodeando toda la cresta rocosa de la Hoz Durante todo este recorrido hacia Valdenubla, disfrutamos de bellas vistas sobre los roquedos.


Restos del despoblado de Valdenubla.
Una media hora después de haber partido del collado, entramos en el valle de Valdenubla. Aquí se ubicó un poblado medieval del mismo nombre que tuvo cierta importancia ya que fue junto con Cillaperlata una de las aldeas tributarias del monasterio de San Juan de la Hoz. Hay mucha documentación sobre esta relación feudal. En el camino observamos los muchos vestigios que aún quedan de Valdenubla, desparramados a lo largo de este vallejo. Son fácilmente distinguibles los restos de paredes, cercados, antiguo corrales, la mayor parte, engullidos por la vegetación. También encontramos mucho ganado vacunos pastando en libertad. Tuvo que ser un sitio muy apartado y tranquilo. Llegando al extremo oeste, precisamente junto a una gran pared que resiste al paso del los siglos, abandonamos la pista y salimos por la derecha para dejando el valle continuar en dirección norte por el interior del bosque.


El sendero se mantiene abierto y es fácil seguirlo. Poco a poco vamos saliendo de nuevo a la vertiente norte de esta pequeña sierra y de nuevo tenemos a la vista el río Ebro.


A la derecha, bellas vistas de los valles y vaguadas de la sierra, totalmente salvajes.


Alcanzamos el llano, no lejos de la necrópolis que hemos visitado anteriormente. Seguimos por la Senda de Oña, un amplio camino que comunicaba esta localidad con Cillaperlata ascendiendo a la Sierra de la Llana. Caminamos por el llano, entre tierras de labor.


En unos trescientos metros, pasamos junto a los restos del antiguo Barrio de Arriba de Cillaperlata o Revilla, deshabitado desde finales del siglo XIX.


Aún se distinguen restos de tapias y paredes, entre otros, los muros de la iglesia de San Clemente, que fue ermita en su origen. Loa hiedra y la vegetación hacen que sea totalmente impenetrable acceder a su interior. Continuamos en nuestro camino hacia el Ebro.


Pronto, alcanzamos la carretera y seguimos por un camino de ribera, dejando las aguas del Ebro a nuestra izquierda. Al fondo, distinguimos ya las casas de Cillaperlata asomadas al río.


Cubrimos algo más de un kilómetro por este bonito camino y entramos en las calles de Cillaperlata de nuevo. Antes de irnos, merece mucho la pena visitar este bonito pueblo donde hay muchas cosas que ver, entre ellas la iglesia de Nuestra Señora de Covadonga, donde se dice que se custodia la virgen original (la actual en el santuario asturiano es copia de ésta), varias casas blasonadas y las cuevas eremíticas junto al río Ebro.

Iglesia de Nuestra Señora de Covadonga de Cillaperlata.
Casona blasonada.

Acceso a los eremitorios junto al Ebro.





DE CILLAPERLATA A SAN JUAN DE LA HOZ
Espacio natural
Sierra de la Llana.    
Dificultad
Baja.
Tipo de camino
Senderos de montaña, pistas en el llano y ribera del Ebro.
Ciclable
Sí.
Agua potable
Encontraremos en los arroyos que encontramos (secos en verano).
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Media. Aunque está señalizada, es aconsejable llevar GPS.
Época recomendable
Todo el año, aunque en época de lluvias podemos encontrar algunas zonas embarradas. Atención a las nieblas ya que estamos cerca del curso del Ebro.
Inicio
Cillaperlata.
Distancia de Burgos
73,9 kilómetros.
Tiempo total
4 horas 25 minutos (incluye unos 20 minutos de visita al pueblo de Cillaperlata).
Tiempos de marcha
Cillaperlata-Restos de San  Juan de la Hoz: 20 minutos; Restos de San Juan de la Hoz-Villanubla: 1 hora 25 minutos; Villanubla-Cillaperlata: 1 hora 40 minutos.
Distancia total
12,9 kilómetros.
Interés
Restos del monasterio de San Juan de la Hoz, necrópolis altomedieval de Cillaperlata, Garganta de la Hoz, despoblado medieval de Valdenubla, ruinas del barrio de Arriba, riberas del Ebro, arquitectura tradicional de Cillaperlata, cuevas eremitorio de Cillaperlata.
Altitud mínima
537 m.
Altitud máxima
847 m.
Desnivel acumulado
706 m.


Notas:
- La excursión es muy agradable, discurre por varios escenarios y no demasiado exigente.
- La orientación no es sencilla en general, sobre todo en el trayecto desde el collado hasta los restos de Valdenubla y la posterior conexión con el sendero de regreso a Cillaperlata. Es recomendable llevar un GPS parta no errar en los desvíos ya que no hay señalización..
- Como se ha mencionado, Cillaperlata bien merece una visita. Si se tiene la ocasión, es muy recomendable visitar el templo para contemplar la imagen de la Virgen de Covadonga custodiada en su interior.


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Mapa topográfico



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