domingo, 4 de junio de 2017

Peña Corderiza desde Tudanca

La pintoresca localidad de Tudanca, se asienta junto a la espectacular curva que el río Ebro ha trazado en su discurrir entre el Valle de Zamanzas y el desfiladero de los Tornos. El pueblo, se halla rodeado por montañas por todos sus lados. De entre ellos, destaca sobremanera la llamada Peña Corderiza, que se yergue altiva al otro lado del río. Junto a la orilla se halla también la Peña Redonda, un "misterioso" crestón calizo desgajado de los acantilados. Intentamos la ascensión a ambas cumbres.


La Peña Corderiza


Llegaremos a Tudanca saliendo por la C-629 de Burgos a Villarcayo. Atravesamos el Páramo de Masa y antes de bajar por el Puerto de la Mazorra, torcemos a la izquierda hacia Pesquera de Ebro. Tras descender el llamado Puerto de la M, continuamos hacia Quintanilla-Colina y Tubilleja, ya en el Valle de Zamanzas. En esta última localidad, tomamos la carretera local que en apenas un kilómetro, muere en la pequeña población de Tudanca. El pueblo se ubica en un idílico emplazamiento junto al remansado río Ebro. Ya entrando en este pequeño valle, contemplamos en primer lugar el peñasco de Peña Redonda, junto al río. Tras ella, la Peña Corderiza, domina todo el paisaje por sus enriscadas formas. En las amplias campas junto al río, dejamos el coche e iniciamos la marcha.

La Peña Redonda nos sale al paso desde la carretera de acceso a Tudanca.
Antes de dejar el pueblo, charlamos con Jose Luis, un anciano del pueblo. Nos da datos interesantes sobre la Peña Redonda, que tenemos enfrente. Asegura que la peña perteneció a su familia. Pese a su aspecto agreste y salvaje, afirma que es posible subir hasta su meseta cimera a través de unos escalores tallados en la roca. Nos comenta también que entre las muchas ocasiones en que subió, en una de ellas lo hizo acarreando una oveja sobre los hombros. En esa épica, utilizaban la cima aplanada como corral. Entre otras historias, nos relata también la penosa experiencia de trasladar a un enfermo en medio del invierno hasta Villarcayo atravesando el desfiladero los Tornos. Otros tiempos.

Campas del Ebro, en Tudanca.
Antes de irnos, le preguntamos si existe sendero para subir a la Peña Corderiza y efectivamente, nos confirma, que hubo un camino que frecuentaban los vecinos del cercano Vallejo de Ebro en sus desplazamientos hacia el Valle de Zamanzas. No puiede confirmar que este camino esté hoy practicable. Con la curiosidad por delante, abandonamos las últimas casas de Tudanca.


Tudanca


Pasamos el Ebro por un pontón. En esta zona el río discurre muy remansado y es habitual la presencia de pescadores. Ya en la otra orilla, dejamos el camino por la izquierda para acercarnos a la base de la Peña Redonda, frente a nosotros. Desde donde estamos, nos parece inaccesible y salvaje. Todas sus paredes son extremadamente verticales y caen a pico sobre las aguas del río y se hallan cubiertas de vegetación.

Cruzamos el Ebro por un puente peatonal.
Tras superar un pequeña talud, nos acercamos a su base, que se halla circundada por un sendero. Rodeamos la peña buscando ese camino entallado en la roca. Alcanzamos en poco el pequeño collado que separa la peña de las laderas que caen desde el páramo. Allí mismo, mirando de frente a la pared, ya se observan claramente los escalones que parecen subir hacia la parte superior. No nos engañaba Jose Luis. Nos acercamos hasta la misma base de la roca, donde nace la escalera.

Bordeamos la Peña Redonda buscando un acceso.
Al acercarnos, comprobamos que el estado de conservación de estos escalones, tallados a pico sobre la roca vertical, es deplorable. Además, la vegetación parece haber invadido muchos de sus tramos, surgiéndonos dudas sobre su viabilidad.


Tras una pequeña trepada nos incorporamos a los primeros escalones que realizan una curva de 180 grados hacia la izquierda.

Antes de decidirse a hacer este primer largo, somos conscientes de la peligrosidad de este tramo.


Los escalones están en muy mal estado, en algunos puntos se hallan desgajados y sueltos y la mayoría de ellos están cascarillados. 


No hay protección de ningún tipo en los pasos más estrechos ni salientes donde agarrarnos.


Cualquier error o titubeo podría resultar fatal.
Se observa el entallado en la roca.
Apenas subidos unos diez metros, damos la vuelta y descendemos de lo poco escalado. Sin duda, hemos tomado la decisión correcta.

Dejamos la Peña Redonda atrás y continuamos camino arriba por una pista en buen estado.
Vuelta al collado y enlazamos con la amplia pista que sube desde el río y parece dirigirse hacia lo más alto camino de la Corderiza. Esta pista no era visible desde Tudanca ya que la vegetación la ocultaba. Emprendemos el ascenso. Sorprende su buen estado. Las vistas hacia atrás sobre el río abajo se van engrandeciendo.

Bonita vista de la Peña Redonda.
Hacia la Peña Corderiza.
Al otro lado del río destaca también la Peña del Águila.
La Peña del Águila, un voladizo calizo sobre el Ebro, al otro lado del río, destaca también mucho y parece gemela de la Peña Redonda.



Poco a poco nos vamos acercamos al gran espolón rocoso que se precipita sobre el Ebro entre Tudanca y Tubilleja.
El terreno está empinado, pero más limpio de lo que se podía prever inicialmente. La pista se transforma en sendero y la pendiente aumenta. No hay referencias claras por donde seguir. La Peña Corderiza y el entrante o portillo a su izquierda lo tenemos ya a nuestra derecha y el sendero parece seguir hacia la gran pared que cae sobre el Ebro.
Así que sin pensárnoslo mucho, nos salimos de la pista por la derecha y emprendemos, no sin ciertas dudas, la ascensión hacia este portillo.


La pendiente es fuerte, y el terreno desigual, pero afortunadamente, podemos ganar altitud rápidamente. Nos abrimos paso entre los árboles y realizamos pequeñas y fáciles trepadas entre las rocas. Vamos acercándonos lentamente a la imponente muralla rocosa que flanquea el portillo por el este.



La cumbre la Peña Corderiza la tenemos cada vez, más cercana, si miramos a la nuestra derecha, aunque nos separa de ella un impresionante paredón en vertical.
Mirando hacia atrás, disponemos de unas impresionantes panorámicas de la pared que desciende violentamente sobre el río. Tudanca nos parece muy lejano ya desde aquí.



Lo que nos queda hasta lo alto del portillo es una pedrera, por donde avanzamos con precaución.


Llegamos al borde rocoso por fin. Hay varias alternativas.



Realizamos una pequeña trepada por nuestra izquierda y nos plantamos sobre un pequeño balcón desde contemplamos la gran vaguada lateral que sube hacia el valle colgado de Albuera desde el río. Magnífico panorama.

Contemplamos por primera vez el valle colgado y la Sierra de Albuera, próximo destino de nuestra excursión.
Bajamos de nuevo a la pedrera , subimos un poco más y trepamos de nuevo fácilmente por la roca hasta encaramamos ya sobre el bosque que recubre todo el borde de esta pequeña sierra, ya a muy corta distancia del extremo de la Peña Corderiza, que no vemos aún más que en la pantalla de nuestro GPS.

Solo nos queda ya continuar abriéndose paso por el bosque de robles, sin problemas, hasta llegar por fin hasta el voladizo a modo de balcón que es la Peña Corderiza (933 metros). No hay buzón ni hito montañero. Impresionante panorámica desde aquí, al alcance de los muy pocos que llega a estas soledades. A los pies abajo, Tudanca tras la curva del Ebro sobre la Peña Redonda. Es temerario llegar hasta el mismo borde que cae a pico sobre el río, pero desde donde estamos hay ninguna necesidad por las vistas que ya hay.

Impresionante panorámica desde la cumbre de la Peña Corderiza.
De fondo y a los costados, observamos con claridad el recorrido del río Ebro en su paso desde el Valle de Zamanzas, a la derecha, hacia el Valle de Mazanedo, a la izquierda, atravesando Desfiladero de los Hocinos. Geológicamente, se observa nítidamente que este desfiladero no es más que una enorme cluse abierta por el río para salvar transversamente  los anticlinales de la Tesla-Mazorra y Zamanzas que "colisionan" justo aquí casi perpendicularmente. La Peña Corderiza no es más que un voladizo ubicado en el flanco sur de Zamanzas y asomado sobre el desfiladero. Desde Tudanca la perspectiva es de gran montaña levantada sobre el Ebro.



Observamos también, los vallejos salvajes que suben desde el Ebro hacia los altos de la Mazorra. No parece haber caminos ni accesos posibles en toda esta enorme extensión, quizás uno de los parajes ("wilderness", como dicen los americanos) más salvajes de toda la provincia. Nos recreamos con las vistas, descansamos, antes de continuar.



Video desde la Peña Corderiza



Salida del Ebro de los Tornos y Valle de Manzanedo detrás.
Tras descansar, continuamos. Nuestro próximo objetivo es descender hacia el valle colgado que nos separa de la alineación rocosa que tenemos frente a nosotros si miramos hacia el NO: es la Sierra de Albuera. Vista desde donde nos encontramos, la tenemos a nuestro nivel. Contemplada desde el Valle de Zamanzas, se presenta como una agreste arista elevada 300 metros sobre el llano.

Descendemos de la Peña Corderiza camino de la Sierra de Albuera.
En primer lugar deshacemos el bosquete de robles anterior a la Corderiza y enlazamos, siguiendo las indicaciones del GPS, con el sendero que enlaza la peña donde estamos con el valle para posteriormente encaminarse hacia el pueblo de Vallejo de Ebro.

Pequeña sima en las inmediaciones del borde de la Peña Corderiza.
Sendero de descenso desde la Peña Corderiza.
El sendero, marcado, se va abriendo paso, alternando terreno abierto y vegetación a los lados, en dirección al valle colgado que nos separa de la sierra. El camino realiza varias curvas para salvar el desnivel, hasta llegar al valle.

Camino de descenso al valle interior.
La cresta principal de la sierra está más a la izquierda y para llegar a ella, habría que superar antes otro escalón rocoso o presierra, muy agreste también. Superar este "antecordal" para ascender hasta el cordal principal nos puede llevar mucho tiempo.

Recorremos el valle colgado,
Además, nuestro objetivo es descender al Ebro por la derecha para retornar a Tudanca y no está claro si vamos a encontrar portillos fáciles que nos lo permitan, así que desestimamos definitivamente la exploración de esta sierra.



Continuamos entonces por la vaguada o valle colgado que tenemos delante con el objetivo de descender al Ebro para retornar a Tudanca.



El recorrido por este vallejo es delicioso. Aunque no podemos ver la cresta de la sierra, sucesivos mogotes y crestones calizos nos salen a ambos lados. Bajo una gran peña, llegamos a un cruce de caminos, incorporándonos al que sube desde el pueblo de Vallejo y parece sube hasta la Peña Nava, máxima cima de la Sierra de Albuera.

Descendemos hacia el Ebro por una pista en buen estado.
Pero lo obviamos y continuamos un poco más para dejar este valle y emprender el descenso por la misma pista hacia el río. El camino que llevamos baja por un barranco lateral y en poco nos plantamos sobre el sendero que recorre el desfiladero de los Tornos.

Nos incorporamos al camino del desfiladero de los Tornos muy cerca de su paso más espectacular: la cluse de los Tornos.
Enlazamos pues con el camino que sigue el río y enlaza Valleco-Cidad de Ebro con Tudanca. (ver entrada Desfiladero de los Tornos). Enseguida nos plantamos a la vista de su paso más estrecho, la cluse del Ebro.

Imponente murallón rocoso en el punto más angosto del desfiladero.
Cluse del Ebro, en el desfiladero de los Tornos.
Arco natural.
Ya solo tenemos que seguir el camino que recorre el desfiladero y se dirige hacia Tudanca, donde llegamos en algo más de media hora desde donde estamos.


La llegada a Tudanca es espectacular, disfrutando de preciosas vistas sobre el río.

Tudanca.


PEÑA CORDERIZA DESDE TUDANCA
Espacio natural
Sierra de Albuera y desfiladero del Ebro entre Tudanca y Vallejo.
Dificultad
Media.
Tipo de camino
Caminos y terreno libre por el monte.
Ciclable
No.
Agua potable
No hay agua en todo el recorrido.
Tipo de marcha
Circular.
Orientación
Difícil. la ascensión a la Peña Corderiza y el descenso a la sierra de Albuera discurre por terrenos sin señalizar.
Época recomendable
De abril a octubre.
Inicio
Tudanca.
Distancia de Burgos
66,5 kilómetros.
Tiempo total
3 horas 35 minutos.
Tiempos de marcha
Tudanca-Peña Redonda:  12 minutos; Peña Redonda-Peña Corderiza: 1 hora 3 minutos; Peña Corderiza- Valle colgado: 30 minutos; Valle colgado-Tudanca: 1 hora 12 minutos.
Distancia total
7,05 kilómetros.
Interés
Panorámica sobre la curva del Ebro en Tudanca y sierra del mismo nombre, panorámicas sobre la Sierra de Albuera, desfiladero de los Tornos.
Altitud mínima
608 m.
Altitud máxima
933 m.
Desnivel acumulado
553 m.
Mapas
1:50000: 0109 Villarcayo.
1:25000: 0109-3 Manzanedo.
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Notas:
- El recorrido no es sencillo, discurre por terreno muy agreste y no hay señalización apenas. No se recomienda si no se tiene experiencia en utilizar e GPS y no se conoce bien la zona.
- En Tudanca hay una bar. En las campas junto al río podemos comer y descansar. Si es verano, un baño en el Ebro nos reconfortará.
- Esta excursión puede combinarse con una visita detenida el vecino Valle de Zamanzas, que guarda muchos rincones y pueblos que merece la pena visitar.


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